El rector de la Catedral de Cuernavaca, Israel Vázquez, transmitió a los fieles el mensaje dominical en el que destacó el llamado a ser felices a partir de las cosas simples de la vida y no en la acumulación de bienes materiales.
Retomando la reflexión enviada por el obispo Ramón Castro, subrayó que el Evangelio recuerda que no se puede servir a dos amos, a Dios y al dinero, pues ambos responden a lógicas opuestas, pero el primero se rige por el amor y la generosidad, mientras que el segundo por el afán de poseer y competir.
Señaló que las riquezas materiales son un serio obstáculo para vivir la fe cuando se convierten en un fin y no en un medio para ayudar al prójimo. Recordó que lo verdaderamente valioso está en la solidaridad, la amistad, el acompañamiento a los necesitados y la paz interior que brota de la fe.
“Un buen amigo, una sonrisa compartida o una oración sincera valen más que el lujo y el poder”, expresó.
En este sentido, advirtió que la sociedad actual se desgasta en la búsqueda de bienes costosos, olvidando las riquezas que están al alcance de todos: la compañía de un ser querido, la gratitud de una mascota, el consuelo a un enfermo o la ayuda al necesitado. Estos gestos, dijo, no requieren dinero, pero sí voluntad y amor.
Finalmente, invitó a los creyentes a ser buenos administradores de los dones que Dios ha puesto en sus manos y a no esperar hasta los momentos difíciles para actuar con rectitud.
“La verdadera felicidad no está en lo que se posee, sino en lo que se comparte; en lo simple y lo humano encontramos la riqueza que abre las puertas al cielo”, concluyó.
