El domingo 16 de junio se convirtió en un día de tragedia en la localidad rusa de Sochi, cuando una joven modelo de 20 años, Diana Belyaeva, perdió la vida mientras disfrutaba de un momento romántico en la playa con su novio. Diana, quien estaba emergiendo en el mundo del modelaje y era popular en Instagram, fue arrastrada por las poderosas olas del Mar Negro.
El fatídico suceso ocurrió cuando Diana y su novio estaban disfrutando del mar. Sin embargo, las olas, particularmente peligrosas ese día, se intensificaron de manera abrupta, sorprendiendo a la pareja. En un intento desesperado por salvarla, el novio de Diana fue incapaz de mantenerla a salvo mientras las olas la arrancaban de sus brazos y la arrastraban mar adentro.
A pesar de los esfuerzos heroicos de su novio y la presencia de numerosos testigos en la playa, la fuerza de las olas impidió cualquier intervención. Los testigos, visiblemente aterrados por la intensidad del mar, no pudieron ofrecer ayuda. "Los hombres se pusieron de pie y miraron a la niña indefensa, la vieron morir. Bueno, esas olas dan miedo y hay que reaccionar de inmediato. La gente dijo que los testigos vieron a un turista que fue arrastrado por las olas, pero nadie se ofreció a ayudar", relató un residente local.
El cuerpo de Diana fue intensamente buscado por equipos de rescate y buzos durante varios días. Finalmente, fue encontrado a pocos kilómetros del lugar del incidente, en el distrito de Khostinsky.
El novio de Diana, visiblemente afectado por la tragedia, y la familia de la joven han preferido no hacer declaraciones a los medios locales, sumidos en el dolor de la pérdida.
Esta tragedia resalta la impredecible y peligrosa naturaleza del mar, subrayando la necesidad de tomar precauciones adicionales cuando se disfruta de las playas, especialmente en condiciones climáticas adversas.
