La política se enriquece con la confluencia de todas las áreas del conocimiento, lo mismo del arte que de la ciencia y, en ello, la ingeniería aporta una visión práctica, desde una perspectiva técnico-operativa a la ciencia y praxis política, que se consolida planificando y gestionando las fases y operaciones de los programas e instituciones de la administración pública que en su conjunto, conforman el complejo proceso dispuesto a producir bienestar social.

La ingeniería política se consolida como parte importante de la politología contemporánea dada su vocación de intervención en la solución de problemas y así, en el funcionamiento de instituciones y gobiernos, con la finalidad de hacerlos más eficientes, más productivos y ágiles en su adaptación a los tiempos de transformación política e institucional que se presentan en la evolución de las sociedades y sus sistemas políticos.

Hablar de ingeniería en política, es hablar de profesionalización, de pericia técnica con sustento teórico, de planeación y estrategia que haga a un lado la ocurrencia y la improvisación al tiempo de aprovechar y potenciar la pericia, habilidades y destrezas del recurso más valioso de la política y de las instituciones: el recurso humano. Su aplicación comienza en el ámbito filosófico conceptual, pasando por la organización territorial, estrategia electoral, proceso legislativo, diseño constitucional, planeación institucional y ejercicio gubernamental; está presente en cada fase, en cada proceso del sistema político –en cada uno de los poderes del Estado y en cada uno de los niveles y órdenes de gobierno–, soportando y modernizando con conocimiento los ejes transversales del desarrollo democrático y la gobernabilidad que se evalúan constantemente con base en resultados.

Ejemplos del aporte de la ingeniería a la política

La ciudadanización de la política, ha hecho cada vez más frecuente la participación de ingenieros en la lucha social y la vida pública de México; en ello, Heberto Castillo y Cuauhtémoc Cárdenas, son referente obligado y, en el actual escenario electoral están los casos de las ingenieras Claudia Sheinbaum en México y Rocío Nahle en Veracruz, así como en Morelos, el de Javier Bolaños Aguilar, ingeniero del Instituto Politécnico Nacional, quien desde estudiante se especializó en el tema hídrico, donde su sensibilidad social le hizo percibir de inmediato el enorme valor del agua para el desarrollo y bienestar humano comunitario, circunstancia que le llevó a responsabilizarse del agua y saneamiento del Ayuntamiento de Cuernavaca y después del agua y medio ambiente en el gobierno estatal morelense; y de ahí, surgir como representante popular en el Congreso Federal, para posteriormente ser designado como Subsecretario de Gobierno y diputado local en la Tierra de Zapata. Poco más tarde, nuevamente como diputado federal, es elegido Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, legando cátedras de oratoria parlamentaria en San Lázaro, retomando el prestigio de las y los legisladores tlahuicas.

Javier Bolaños es, sin duda, ejemplo de lo que un ingeniero puede aportar a la política. Su origen profesional, pero sobre todo, su enorme sensibilidad social le confieren, más allá de su trabajo político partidario, los elementos suficientes para aspirar a la presidencia municipal de Cuernavaca, pues si ser de izquierda significa trabajar a favor de las causas sociales, velar por quienes menos tienen y ejercer el poder público obedeciendo al pueblo; entonces, Bolaños ha demostrado más de una vez, ser de izquierda.

Son las acciones y la experiencia lo que importa, no los dichos de aquellos rojillos trasnochados que se asumen poseedores de la izquierda por estar en contra de todo y a favor de nada (mas que de su propio beneficio). Cuernavaca es importante no solo para Morelos, su esencia multicultural y carácter universal, le confieren un valor que trasciende fronteras y, desde hace tiempo, no tiene un alcalde que esté a su altura. Si de verdad se pretende que regrese la primavera del desarrollo, seguridad y bienestar a Morelos, se requiere como paso obligado, una reingeniería política, un Bolaños que regrese a la capital morelense la gloria de sus mejores años.

Réquiem por Juan Pablo Adame Alemán

Lamentable la partida de Juanpa, heredero de una férrea fe católica que le acompañó hasta su partida. Deja un legado de fortaleza en la adversidad y amor e intensidad por la vida. QEPD.

Las opiniones vertidas en este espacio son exclusiva responsabilidad del autor y no representan, necesariamente, la política editorial de Grupo Diario de Morelos.

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