Un reciente estudio ha revelado un dato alarmante: cada vez que masticas un chicle, podrías estar ingiriendo cientos de microplásticos sin darte cuenta. Sí, esas diminutas partículas de plástico que ya han invadido el aire, el agua y los alimentos, también están en tu boca… ¡literalmente!
Investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) descubrieron que los chicles sintéticos, hechos con polímeros derivados del petróleo, liberan microplásticos en cantidades preocupantes. Según los datos, un solo gramo de chicle puede soltar hasta 600 partículas microscópicas, lo que significa que alguien que mastica chicle con frecuencia podría estar consumiendo hasta 30,000 microplásticos al año.
Aunque el agua embotellada sigue siendo una fuente aún mayor de microplásticos (con hasta 240,000 partículas por litro), los científicos advierten que esta es una vía de exposición que ha pasado desapercibida por mucho tiempo. Y lo más preocupante es que los fabricantes no mencionan el plástico en sus ingredientes, ocultándolo bajo el término genérico de "goma base".
Aún no se sabe con certeza el impacto de estos microplásticos en la salud humana, pero los expertos coinciden en la necesidad de una investigación más profunda. Mientras tanto, ¿te atreves a seguir masticando chicle como si nada?

