La puntualidad sigue siendo un reto para muchos mexicanos. ¿Será ésta una característica cultural o simplemente una costumbre arraigada? En este análisis descubrimos por qué, en ocasiones, el tiempo parece correr distinto en nuestro país.
La impuntualidad, casi un sello cultural
No es raro escuchar que “la impuntualidad es sinónimo de la mexicanidad”. Hay quienes atrasan sus arribos intencionalmente, mientras que otros simplemente se distraen entre tantas ocupaciones. Desde reuniones familiares hasta salidas casuales, muchos llegan con retraso—no minutos, sino incluso horas—como si su reloj interno marcara otra hora.
“Ahorita” y “al ratito”: el lenguaje que aplaza
Expresiones como “ahorita”, “al ratito” o “más tarde” funcionan como comodines temporales que postergan compromisos sin un plazo definido. Así, el tiempo se estira y las citas terminan diluyéndose en la informalidad.
Herencia generacional del retraso
La impuntualidad no solo es un hábito—también se aprende. Los niños observan a los adultos, se acostumbran a sus demoras y replican ese comportamiento. Con el tiempo, esto se convierte en parte de la vida cotidiana, salvo en casos de estricta urgencia.
¿Causas reales o simples excusas?
Aunque hay quienes reportan causas justificadas como tráfico o transporte público impredecible, muchas veces estas razones se utilizan como pretexto para minimizar el retraso. Y, por si fuera poco, hay quienes ven el tardar como un gesto que subraya su independencia o importancia.
¿Y qué dicen los estudios y observadores?
Otros medios apuntan que esta percepción de la inexactitud con el tiempo no es exclusiva de México, sino de varias culturas latinoamericanas. Por ejemplo, en eventos sociales, la hora acordada es más una guía que una regla estricta—llegar “justo a tiempo” puede incluso considerarse extraño. Por otro lado, en entornos formales, se valora y exige la puntualidad.
Culturalmente, palabras como “ahorita” o “al ratito” no especifican un marco temporal real: pueden significar desde unos minutos hasta horas, dependiendo del contexto.