La falla de San Andrés, ubicada en California, Estados Unidos, es una de las fracturas geológicas más importantes y vigiladas del mundo. Con una extensión de más de 1,300 kilómetros —y no 13 como suele malinterpretarse—, esta falla marca el límite entre las placas tectónicas del Pacífico y América del Norte, y ha sido responsable de algunos de los terremotos más devastadores en la historia de América.
Este fenómeno geológico, con millones de años de antigüedad, se caracteriza por su constante movimiento lateral, acumulando tensión que, liberada de forma repentina, da origen a fuertes temblores. Especialistas advierten que, aunque la falla se localiza en Estados Unidos, su actividad sísmica tiene implicaciones directas en gran parte del continente, incluyendo regiones de México.
De acuerdo con expertos en geología y protección civil, la liberación de energía en la falla de San Andrés podría desencadenar un "efecto dominó" en otras estructuras tectónicas cercanas, provocando movimientos sísmicos en zonas alejadas de California. En el caso de Morelos, aunque el impacto directo de un gran sismo en la falla sería reducido por la distancia, podría haber percepciones leves a moderadas de movimiento, especialmente en edificaciones vulnerables o en suelos poco compactados.
Autoridades han insistido en que, si bien los riesgos de daños graves por un evento proveniente de la falla de San Andrés son bajos para el estado de Morelos, no deben descartarse vibraciones o réplicas menores. Asimismo, subrayan la importancia de mantener medidas de prevención y protocolos de actuación ante cualquier tipo de sismo.
Señales visibles y ramificaciones sísmicas
La falla de San Andrés es visible en varios puntos del sur de California, donde el terreno muestra desplazamientos, fracturas, y cambios en la vegetación. Además, este sistema no es una única línea de ruptura: existen ramificaciones que también son propensas a generar terremotos, como la falla de Hayward y la de San Jacinto.
Estudios recientes han alertado sobre la posibilidad de un "gran sismo" o "Big One", que podría liberar energía acumulada en la falla, provocando graves afectaciones en ciudades como San Francisco y Los Ángeles.
En México, los sismos de mayor magnitud generalmente provienen del contacto de las placas de Cocos y Norteamérica en las costas del Pacífico, pero fenómenos excepcionales como un gran evento en San Andrés podrían sentirse de forma lejana en la zona centro-sur del país, incluyendo Morelos, Ciudad de México, Puebla y entidades vecinas.
Ante ello, las autoridades reiteran el llamado a mantener la cultura de la prevención, actualizar los planes familiares de protección civil y participar en simulacros.
