Está ubicada en calle Netzahualcóyotl, dentro del barrio que en la época prehispánica era el “Técpan”, lugar de privilegios, donde estaban las casas de los señores principales de Cuauhnáhuac.

En la época virreinal a este barrio se le conoció como el “Técpan de San Pedro”, donde se encuentra “La Casona” con vestigios prehispánicos, casa que era del cacique Yoatzin cuando llegó Hernán Cortés.

En este barrio se asentaron los dos conventos, al poniente de la primera calle de Netzahualcóyotl el de los frailes franciscanos, y al oriente de esa misma calle el de las monjas de clausura de la congregación de “La Asunción de María”.

La Casa Chica de Cortés, formaba parte de ese misterioso convento de clausura de monjas, es una de las casas que fueron construidas para las hijas de familias acomodadas, para que vivieran su clausura de por vida con las comodidades propias de su estatus.

Esa y las otras casas de esa calle, ubicadas al oriente de calle Netzahualcóyotl, se construyeron con adobe, juntas una con otra, algunas sin cimientos asentadas en el tepetate, en aquel tiempo no tenían entrada por la calle, sus frentes y entradas estaban por el interior del convento, mismo que tenía un solo acceso por el lado sur por calle Abasolo.

Este convento de clausura, incluyendo esa casa, era como un pueblo cerrado con callejones y plazoletas, fuentes y oratorios, biblioteca; la huerta y la granja daban a la hoy calle Galeana. También tenía servicios comunales como dormitorios, baños, cocina, comedor, lavandería, así funcionó entre los siglos XVI Y XVIII.

Con las Leyes de Reforma de 1859, el Gobierno Federal se apropió en toda la nación de inmuebles y muebles, del clero. Cuernavaca no fue la excepción, incluyendo esas dos manzanas entre las hoy calles Morelos, Hidalgo, Galeana y Abasolo, divididas por calle Netzahualcóyotl, es decir, el convento de frailes con su hoy catedral y el de monjas que ya estaba en abandono.

Después de la Guerra Cristera en 1926 y de la expropiación petrolera en 1938, el Gobierno vendió lo que quedaba del exconvento con sus casas en ruinas a Lawrence

Leslie Anderson -que había sido funcionario de una de las compañías petroleras que nacionalizó Cárdenas- fue él quien las restauró y vivió en la casa principal que era la mejor conservada de las monjas superioras, ubicada en la entrada del convento.

Fue a finales de los años treinta de pasado siglo XX, cuando Anderson ya propietario de esa manzana, encargó a su viejo amigo Eduardo Bolio Rendón que estudiara y dividiera el gran terreno para poder venderlo fraccionado, resultando 7 lotes con casa, que el mismo Bolio Rendón reorganizó y reconstruyó utilizando las estructuras existentes en ruinas con elementos constructivos del siglo XVI, y abriéndoles frentes y accesos por la calle Netzahualcóyotl, mismas casas que Anderson vendió ya restauradas, entre esas, “La Casa Chica de Cortés” es una verdadera joya y de las más antiguas y elegantes la ciudad en la calle más hermosa del Centro Histórico de Cuernavaca, calle donde han vivido grandes personajes tanto nacionales como extranjeros, como la actriz Hellen Hayes ganadora del Oscar en la contigua “Villa Fontana” y enfrente el coleccionista de arte Robert Brady, que dejó su casa como museo tal cual la habitaba.

Por invitación de Maximino Ávila Camacho, poderosos hermano del presidente, el magnate Axel Wenner-Gren llegó en 1941 a vivir a México en esa “Casa Chica de Cortés”, era uno de los hombres más ricos del mundo en los años treinta, había emigrado de Europa al ser señalado como espía doble en la Segunda Guerra Mundial, siendo que él intentó impedir la invasión alemana negociando entre el mariscal alemán Hermann Göring, con el primer Ministro británico Winston Churchill y con el presidente de Estados Unidos. Misma casa que Wennwr-Gren habitó en tanto construía su “casa grande” -así le llamaba al ahora Raquet Club- terminada en 1942, casa que en su fachada ostenta un gran escudo heráldico del conquistador con quien el magnate se identificaba, esto, dentro de un terreno de 80 hectáreas que había sido de la hacienda propiedad en parte de Hernán Cortés, al que el magnate llamó

-después fraccionamiento, construido por Carlos Lavín Oliveros- donde WennerGren fundó los primeros viveros de Tetela del Monte a los que nombró

que continuó su mayordomo Mario Oguri que había llegado con él.

Los invitados a “La Casa Chica de Cortés” y después a la casa grande -hoy Raquet Club- eran, el multimillonario Bruno Pagliai y su esposa la actriz Merle Oberon, Helgue

Ericsson el sueco dueño de la primera compañía de teléfonos mexicanos “Ericsson”, Gunnar Beckman otro magnate sueco, Maximino el poderoso hermano del presidente Ávila Camacho, y muy frecuentemente el coronel Stewart que vivía en Rancho Tetela en su casa que ahora es el Colegio Mary Mount.

En su origen esta casa es del siglo XVI, ha sido reformada y restaurada, conservando sus gruesos muros de adobe con cinco metros de altura, habitaciones y corredores con columnas estilo clásico de Cuernavaca, ubicada en el barrio más antiguo de la ciudad.

*Con aportaciones de mi amigo, el Ing. Jorge de la Borbolla y Romero Rubio quien fuera propietario de tres de esas casas, que trató la compraventa con Eduardo Bolio Rendón y adquirió de Lawrence Leslie Anderson.

¡Hasta la próxima!

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