La Gran Final del campeonato mexicano en este torneo enfrenta a dos instituciones con mucha historia y grandes batallas.

Ambas escuadras cuentan con una legión de seguidores, lo que los coloca entre los cuatro equipos con mayor poder de convocatoria, junto a Chivas y Pumas.

Hasta ahora se han enfrentado en cuatro ocasiones en esta instancia, con dominio azulcrema al ganar en la últimas tres ediciones, sin embargo esta luce pareja y puede caer la moneda para cualquiera de los lados. La primera vez que jugaron una Final azulcremas y celestes, fue en el verano del torneo 71-72.

Cruz Azul se había mudado de Jasso, Hidalgo, con su estadio “10 de diciembre” al monumental estadio Azteca, casa de su rival.

Coincidentalmente, América era el campeón vigente, aunque eran torneos largos y buscaba como ahora, el bicampeonato.

Ambos equipos estaban plagados de figuras y a la grama del “Coloso de Santa Úrsula” saltaron para dirimir al mejor a las 12 de un soleado domingo 26 de mayo.

El árbitro designado para el juego fue el extraordinario silbante peruano Arturo Yamasaki, auxiliado en las bandas por el Teniente Coronel Mario Rubio y por mi Padre, rturo Brizio Ponce de León.

Como anécdota, quiero compartir con ustedes la siguiente: la madrina del club América era la hermosa y escultural estrella del cine y la televisión Olga Breeskin.

A la cancha ingresó ataviada con un mini short blanco y un top rosa con el escudo americanista.

En el centro de la cancha estaban Yamasaki y Rubio, pues mi papá se había demorado revisando las redes de una de las porterías.

Cuando se unió al grupo, Olga saludó de mano a ambos nazarenos y Don Arturo le dijo: “y qué, ¿a su General ni un besito?, a lo que la diva reaccionó plantándole un sonoro besote en el cachete a su galanteador, provocando las risas estruendosas de los presentes.

Eduardo mi hermano y yo habíamos ingresado al estadio como lo hacíamos siempre que mi jefe arbitraba: metidos en la cajuela de un Opel azul.

Ya en las tripas del inmueble, a una indicación del viejo, saltábamos del vehículo para perdernos por los laberintos del Coloso.

Nuestro corazoncito latía por los celestes y sin hacer mucho alarde, celebramos por lo bajito los cuatro goles que le endilgaron al orgulloso cuadro de Coapa, en la meta defendida por Prudencio “Pajarito” Cortés.

Casi al final, el goleador Enrique Borja venció la valla del “Supermán” Miguel Marín, para anotar el gol que los antiguos llamaban “de la honra” y de esa manera quedar un lapidario 4 a 1.

Cuando esta colaboración aparezca, ya conoceremos el resultado del partido de ida, a jugarse en el estadio “Azul”.

El árbitro central será el juez avecindado en Cuernavaca Fernando Hernández, apodado “El Curro”, a quien le deseamos el mayor de los éxitos.

Ojalá el partido responda a las expectativas, se juegue con entrega y calidad, honrando como se debe a esta…añeja rivalidad.

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