Existen un sin número de cuerpos policiacos en el País entre los que sobresalen por estar en medio de una situación sui géneris, la Policía Federal y la recién constituida, Guardia Nacional, entre muchas otras, como las de los estados, las de los municipios, la bancaria, la de turismo, las de las fiscalías y/o la ministerial, etcétera.
El conflicto entre estas dependencias se originó desde el planeamiento de la Guardia Nacional, en el que no se explicó bien a bien cuál iba a ser el papel de la policía federal, tal como sí se hizo con la Policía del Ejército y el de la Policía de Marina. Estas últimas dos, se planearon dentro del gobierno federal, de la Cámara de Diputados y la del Senado de la República. Pero no se tomó en cuenta a la Policía Federal a la cual el gobierno pensó que estarían siempre de acuerdo.
El Jefe de Seguridad Pública, señor Alfonso Durazo, intentó revolver aceite comestible con aceite automotriz, pues la ahora Policía Militar es más estricta y supeditada a las órdenes de sus superiores. Tiene una vida entera dentro de los cuarteles y su familia vive con ellos, al igual que su tipo de disciplina es distinta, así como su forma de ver la vida.
La milicia no tiene el contacto diario con la sociedad civil. Ellos sí son policías disciplinados y muy bien entrenados para actuar dentro de su corporación militar, más no conviven con la ciudadanía y cuando lo hacen es porque vienen vestidos de civil y están “francos”. A diferencia de la Policía Federal la cual se confunde entre el resto de la ciudadanía, pues su tipo de vida es la de un trabajador de cualquier estrato.
Es muy posible que no lo hubieran pensado ni unos ni otros, pero al encontrarse con la realidad, ya que han de haber creído que en 15 o 20 días los militares iban a aprender el comportamiento de los policías federales y la milicia frente a la vida de los civiles y en el mismo lapso, se aprendería la formación estricta del cuerpo castrense, pero se toparon con esa gran diferencia entre un organismo y otro.
Por causa de la falta de información del gobierno hacia un cuerpo policial y al otro, casi todos creyeron que conservarían el mismo modelo de vida que llevaban antes de fundirse con las nuevas instituciones policiacas y así la policía militar seguiría viviendo en sus cuarteles, continuarían siendo expertos en el uso de las armas de guerra, los cañones de largo alcance, preparados en la guerra de guerrillas, en la persecución de los cárteles de la droga y en la defensa de la Nación de algún intento de intervención armada del exterior.
Para pertenecer a la Guardia Nacional los miembros de la Policía Federal deben pasar por un proceso de evaluación tipo militar en los cuarteles de la Ciudad de México. Aquellos que aprobaron los exámenes físico y médico, se les consideran aptos para ingresar a la corporación, pero aquellos que tienen un poco más de volumen corporal o tienen algún tatuaje son rechazados o son enviados al Instituto Nacional de Migración.
Hay muchos policías federales cuyo peso y volúmen no pasaron los exámenes de dicha evaluación al ser sometidos a esos exámenes de contról y confianza y sólo dos de cada diez elementos aprobaron. La mayoría dio positivo el consumo de mariguana y alcohol y en algunos casos se les comprobó tener contactos con miembros del crimen organizado.
Cuando llegó el turno de evaluar a los militares, los altos mandos aceptaron que a los miembros de la tropa se les permitía fumar mariguana para tenerlos más controlados. En estos casos sí se les permitió pasar a ser parte de la Guardia Nacional.
Así que hay elementos de la PF que están pasando a la GN y otros no porque no pasan las pruebas y ya no quieren que los examinen los oficiales del Ejército, porque no sólo les hacen las pruebas, ya que al pasar a consulta, los rechazan porque están un poco pasados de peso o tienen otros problemas de salud, como los pies planos o la corta estatura, Por tantos peros, ellos insisten en querer seguir en su puesto de la Policía Federal.
El gobierno dice que “nadie va a perder su sueldo y prestaciones o se va a quedar sin trabajo, porque a los que no pasen esas pruebas o no cumplan con esos requisitos los van a colocar en otra parte, pero la Policía Federal se tiene que integrar a la Guardia Nacional. El que no pueda, se va a ir al Instituto Nacional de Migración. También pueden ir a cuidar museos, oficinas, parques públicos o cientos de lugares en donde se necesitan sus servicios”.
Lo mismo pueden integrarse a las policías estatales y municipales, aunque les cueste llevarse a toda la familia a otra ciudad, cambiar de escuela a sus hijos sin importar que pierdan el año lectivo y a sus amigos; las esposas pueden cambiar de vecinas y aprender nuevos chismes, no le hace que el mercado les quede más lejos y que todo sea más caro, pero “es en bien de la familia”. Mientras, las redes sociales se encargaron de repitequear con la formación de asociaciones civiles con el nombre de “Verdaderas esposas de Policías Federales” y otra que defienden a sus novios del mismo trabajo.
El gobierno de López Obrador ya les aseguró que van a seguir obteniendo los mismos sueldos y el pago de salarios puntualmente, los bonos de operatividad, el hospedaje, la comida y los demás gastos, pero la Policía Federal no tiene confianza en esas promesas porque de entrada van a perder su antigüedad y no les regresaran sus armas que fueron pagadas por ellos mismos. Total que hasta a las novias y esposas las pusieron a caminar con ellos en las manifestaciones, que cargaran con sus pancartas y siguieran atacando y protestando a favor de los policías en las redes sociales.
Este fenómeno se repitió en toda la república hasta que se dividieron entre los policías que aceptaron la oferta y se metieron a la Guardia Nacional y aquellos que siguen peleando por sus puestos y por la “terquedad” de seguir integrando el cuerpo de la Policía Judicial.
Los líderes de los distintos grupos se unieron para evitar que los altos mandos los dividiera más y los fueran a mandar a los diferentes estados a trabajar, pero ni así pudieron rescatar a su cuerpo policial. Y ahí empezaron las acusaciones que los líderes no eran parte de la agrupación, sino que unos estaban coludidos con el crimen organizado y otros eran pagados por los intereses del sexenio pasado, que la corrupción había invadido a la Policía Federal y otras falsas o verdaderas acusaciones.Mañana domingo, vamos a tener que luchar contra el mentiroso de Donald Trump, que prometió hacer una redada de inmigrantes mexicanos pero nuestro gobierno no se lo cree y ya dijimos: “Todo lo que tiene que inventar ese loco para reelegirse”.
Va de cuento
Rafael Benabib
rafaelbenabib@hotmail.com
