A pesar de su discapacidad física, producto de una paulatina y progresiva limitación impuesta por una enfermedad degenerativa, Stephen Hawking es una de las mentes científicas más brillantes de este siglo.
De espíritu incansable y valiente, a lo largo de su vida logró sortear un catastrófico pronóstico impuesto por la enfermedad de Lou Gehrig, una esclerosis lateral amiotrófica que padeció a sus 21 años.
Nació un 8 de enero de 1942, en Inglaterra, pertenecía a una familia de clase media que tuvo que sufrir el rigor de la segunda guerra mundial. Ya adolescente y matriculado en Oxford, mantenía una vida normal y donde se graduó de Físico y Matemático, poseía una inteligencia brillante y gran gusto por las ciencias.
En 1963, y con sólo 21 años se le detecta la enfermedad que lo acompaño hasta el final de sus días.
Pese a estas adversidades Hawking se convirtió en el mejor físico de su tiempo, cuyos estudios se basaron en el universo, y esto quedó de manifiesto en sus libros: Historia del Tiempo, Del Big Bang a los Agujeros Negros (1988), Agujeros Negros y Pequeños Universos (1994), El Universo en una Cáscara de Nuez (2002) o El Gran Diseño (2010), por citar algunos.