El reloj del fin del mundo, una representación simbólica de la amenaza global que enfrenta la humanidad, ha vuelto a actualizar su hora crítica, marcando un sombrío recordatorio de los desafíos que enfrenta nuestro planeta. El Boletín de Científicos Atómicos, encargados de establecer la posición de las manecillas, transmitió recientemente sus preocupaciones a través de YouTube, revelando que el tiempo restante para el apocalipsis sigue siendo críticamente bajo.
En un dramático anuncio, el año pasado el reloj quedó a tan solo 90 segundos de la medianoche, señalando la proximidad del fin de la existencia humana. Las razones detrás de esta actualización alarmante incluyen la persistente crisis en Ucrania y Gaza, el aumento de la inteligencia artificial, la proliferación de armas nucleares, la crisis climática y las amenazas biológicas.
El evento contó con la presencia de destacadas figuras como el divulgador científico Bill Nye y Rachel Bronson, presidenta y consejera delegada del Boletín de Científicos Atómicos, quien lideró la transmisión. Los participantes destacaron que las guerras, la rápida evolución tecnológica y otras amenazas han contribuido a la reducción del tiempo de vida de la humanidad.
Pese a las críticas por percibirle como alarmista, los científicos atómicos, apoyados por 11 premios Nobel, defienden la relevancia del reloj del Apocalipsis, insistiendo en que pretende alertar a la humanidad sobre los peligros inminentes de la especie.
Este año, las manecillas del reloj han mantenido la misma posición que el año pasado, sin mostrar signos de disminución del riesgo para el futuro de la humanidad. En 2018, el reloj marcó las 23:58 horas, otorgando solo 2 minutos de vida estimada, mientras que en 2020 se redujo a 100 segundos, siendo la hora más cercana a la catástrofe. El año pasado, las manecillas quedaron a 90 segundos del final, y en 2024, el peligro persiste.
El reloj del fin del mundo, más que un simple instrumento simbólico, representa una advertencia crucial de los científicos atómicos sobre la urgente necesidad de abordar los problemas globales que amenazan la supervivencia del planeta. La marca de las manecillas simboliza el cataclismo potencial que podría desencadenarse si no se toman medidas significativas para abordar estos desafíos. La humanidad se enfrenta a una carrera contra el tiempo para cambiar su curso y asegurar un futuro más sostenible.