Con apenas 14 años y una zurda que enamora, Miranda Regina Vargas Vega ya comienza a escribir su historia en el futbol mexicano al ser fichada por el Cruz Azul en su categoría Sub-19, club donde espera hacerse de un lugar. Xochitepec.
Con apenas 14 años y una zurda que enamora, Miranda Regina Vargas Vega, ya comienza a escribir su historia en el futbol mexicano al ser fichada por el Cruz Azul en su categoría Sub-19, club donde espera hacerse de un lugar. Nacida en Villas de Xochitepec, esta joven promesa no sólo logró entrar a una de las Fuerzas Básicas más exigentes del país, sino que fue integrada a una categoría mayor gracias a su talento y madurez futbolística.
Miranda creció rodeada de balón y pasión: “Comencé a jugar futbol a los 3 años. Mi papá era entrenador de la escuela Pumas Temixco y me llevaba con él a los entrenamientos. Viendo a mi hermano jugar y a mi papá enseñar, nació mi amor por este deporte. Al principio era un juego en familia, pero se volvió mi mayor sueño”, recordó con emoción.
La oportunidad de probarse con Cruz Azul no fue fácil. Durante dos semanas asistió puntualmente a las visorias en la Ciudad de México, viajando desde Xochitepec cada mañana. “Éramos como 200 jugadoras. Fue muy exigente, pero también emocionante. El día que me pidieron los documentos no lo podía creer. Mis papás me esperaban afuera y tampoco lo creían. Ese frío que sentí fue de nervios y felicidad”, compartió.
Hoy, Miranda viste con orgullo los colores celestes y sabe que este es sólo el inicio de un largo camino. “Estar aquí es una gran responsabilidad, pero también una alegría enorme. Cada vez que entreno o me pongo el uniforme, recuerdo todo lo que he luchado. Quiero seguir creciendo, aprender más y dar lo mejor de mí por el equipo.”
Su principal objetivo es claro: “Quiero ser campeona con Cruz Azul. Ese es el sueño por el que trabajo todos los días. Sé que con esfuerzo y trabajo en equipo podemos lograr grandes cosas.”
Convencida de que el futbol es parte de su esencia, Miranda camina con firmeza, llevando consigo el orgullo de su tierra, la inspiración de su familia y la determinación de una futura campeona. Desde las canchas de Xochitepec hasta las filas de La Máquina, esta joven volante zurda demuestra que los sueños, cuando se persiguen con el corazón, están destinados a cumplirse.