Para ser moral basta proponértelo;
para ser inmoral hay que poseer condiciones
especiales.
Por: Enrique Jardiel Poncela, Escritor español.
A menudo, la ilegalidad y la inmoralidad caminan juntas, hasta confundirse en algunos momentos.
La primera, puede conducir a la cárcel; al segunda, a las posiciones de jugosos beneficios.
En encierro es degradante para todos; la mala fama es asunto menor para otros.
Hace ya casi una década, Tania Valentina Rodríguez Ruiz se presenta como ama y señora del Partido del Trabajo (PT) en Morelos, tras una historia que linda entre la ilegalidad y la inmoralidad.
De aquel tiempo en que abrevó sobre la conciencia de clase con Rigoberto Lorence, acaso queda la muletilla de “compañero” o “compañera”. La historia de lucha social a grado de guerrilla de su maestro fue enterrada.
El pragmatismo, sobre el principio ideológico, es la ruta para satisfacer el interés personal. Su mentor y efímera pareja Lorence López quedó desplazado del partido y ella se ha servido como regidora, como diputada local dos veces y comisionada política nacional del PT.
Uno de los episodios que delinean la figura de Tania Valentina se dio a inicios de 2019, cuando empoderada en esta LIV Legislatura impulsó la asignación de 10 millones de pesos para la fundación Unidos Vamos por Morelos A.C., no ajena a ella, pues la había encabezado.
Su preparación académica máxima de preparatoria ha sido inversamente proporcional a su sagacidad para eludir escollos: “…es una fundación de la que fui presidenta, pero con la que actualmente no tengo nada qué ver”.
En una burla a la inteligencia social y ajena al pensamiento de izquierda sobre el que quisiera sustentar su discurso, tuvo que reconocer la familiaridad con el destino millonario del erario, pero gracias al inmoral papeleo pudo superar la ilegalidad.
ASOCIACIONES ¿CARITATIVAS?
Entre quienes han vivido bien del dinero público mediante la política, no es extraño saber que presiden personalmente o por interpósitas personas alguna fundación o asociación civil “sin fines de lucro”.
De hecho, en el caso de Tania Valentina con “Unidos Vamos por Morelos A.C.” de inicio de 2019 no es único, la data de 2014 así lo consigna:
Ya con Rodríguez Ruiz como comisionado nacional del PT y virtual franquiciataria en Morelos, este instituto político recibió 30 millones de pesos para la construcción de centros de desarrollo infantil (Cendi).
Amén de las anomalías en aquella historia observadas por la Auditoría Superior de la Federación, reaparece la necia inmoralidad de que un partido político asuma atribuciones de empresa contratante o intermediaria del suministro de bienes u obra pública.
Asociaciones o fundaciones como Morelenses Unidos Hasta la Victoria 10000 Mujeres por Morelos, por ejemplo, dan muestra del parentesco que suelen tener con actores político-partidistas, en muchos casos apoyadas en la recepción de recursos públicos.
A organizaciones como de la que la diputada plurinominal Tania Valentina Rodríguez Ruiz quiso desmarcarse no les va tan mal, si se atiende la versión de que tiene propiedades en Ameyalco, municipio de Atlatlahucan, y Tetelcingo, Cuautla, entre otras.
La franquicia de Tania que es el PT ha tenido y sigue reclutando personajes dignos de otras historias de terror, que serán motivo de otra entrega.
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