Morelos es un estado pequeño en extensión, pero enorme en biodiversidad. Alberga numerosas especies que lo convierten en un lugar privilegiado en cuanto a riqueza natural.
A continuación, te presentamos cinco especies representativas que habitan en esta región, algunas endémicas de México y otras amenazadas por el impacto humano. ¡Conocerlas es el primer paso para protegerlas!
1. Chara Transvolcánica (Aphelocoma ultramarina)
Una hermosa ave azul pizarra, endémica de México, que se encuentra en los bosques del Eje Neovolcánico, incluyendo Morelos. Es importante por su papel en la dispersión de semillas y el equilibrio ecológico.
Estado de conservación: Vulnerable.
Hábitat: Bosques templados de pino y encino.
2. Iguana Negra (Ctenosaura pectinata)
Una de las iguanas más grandes de México, reconocible por su aspecto robusto y cresta dorsal. Habita regiones cálidas y secas, y ha sido avistada en zonas bajas de Morelos.
Amenazas: Pérdida de hábitat y caza ilegal.
Hábitat: Matorrales secos, cuenca del Balsas.
3. Tecolote Bajeño (Glaucidium brasilianum)
Un pequeño búho que canta de día y se deja ver en parques, bordes de bosques y zonas urbanas. Su canto agudo lo delata, y a veces es perseguido por aves pequeñas que intentan ahuyentarlo. Se pueden encontrar en los bosques de tierras bajas de Morelos, ha sido reportado en Xochicalco y cerca de Cuernavaca.
Estado de conservación: Común, pero afectado por deforestación.
Hábitat: Bosques tropicales, áreas verdes urbanas.
4. Tortuga Casquito (Kinosternon integrum)
Una tortuga semiacuática que vive en arroyos y cuerpos de agua de lento movimiento. Aunque aún se encuentra en Morelos, su población ha disminuido por la contaminación del agua.
Amenazas: Contaminación y alteración de cuerpos de agua.
Hábitat: Arroyos, estanques y lagunas.
5. Colibrí Cola Pinta
Un diminuto y vibrante colibrí que habita en las montañas de Morelos, particularmente en la Sierra Norte. Es crucial en la polinización de plantas silvestres.
Estado de conservación: En riesgo por pérdida de hábitat.
Hábitat: Bosques de pino-encino y laderas montañosas.
Cada una de estas especies cumple funciones clave en los ecosistemas: control de plagas, polinización, dispersión de semillas, y equilibrio en las cadenas alimenticias. Su pérdida afectaría no solo a la naturaleza, sino también a las comunidades humanas que dependen de estos ecosistemas.
