José Luis Pineda Ríos, de 35 años, es padre de Luis Ángel, un niño de siete años a quien ha criado casi solo y con mucho amor durante los últimos cinco años. Creció con la idea de que una familia debía estar siempre completa y que sus miembros debían permanecer unidos. Sin embargo, con el tiempo comprendió que no todas las uniones garantizan bienestar y que, en ocasiones, la separación representa el camino más sano para todos. A partir de entonces, decidió asumir plenamente su papel como padre soltero.
Durante los primeros años de paternidad, José Luis se vio a sí mismo únicamente como proveedor, siguiendo el ejemplo de su propio padre. Sin embargo, la convivencia diaria con su hijo lo llevó a reconocer que la crianza exige más que el sustento material: requiere afecto, presencia constante y apoyo emocional. “Al principio era un poquito distante, porque como todo padre te enfocas a trabajar, a dar el sustento del hogar, y entonces descuidas un poquito esa parte de convivir con tu hijo y de pasar tiempo”, explicó.
Esta reflexión lo motivó a romper con el modelo de padre rígido y distante con el que creció. José Luis recordó que su padre fue estricto y exigente, siempre atento a cubrir las necesidades básicas, pero sin espacio para expresar cariño. “Mi papá quería perfección, no aceptaba errores. Nunca fue cariñoso. Nunca dijo un ‘te quiero’, un abrazo”, relató. Por ello, se propuso ofrecer a su hijo una relación diferente, basada en el afecto y la cercanía.
A través de gestos cotidianos como abrazos, palabras de aliento y muestras de afecto, José Luis busca que su hijo crezca sintiéndose amado. “Yo sí lo abrazo, le digo ‘eres un campeón’, le doy un beso en la mejilla. Esas cosas son las que trato de mejorar con él”, compartió.
Además de atender las necesidades afectivas de su hijo, José Luis lo acompaña en sus actividades escolares y extracurriculares. Se siente orgulloso de ver su entusiasmo por aprender y valora cada avance en su desarrollo. Aunque debe equilibrar esta dedicación con la dirección de su propio negocio, considera que cada esfuerzo tiene sentido cuando ve la felicidad reflejada en el rostro de su hijo.
Reconoce que los padres solteros aún enfrentan una escasa visibilidad, pero desea que la sociedad reconozca su existencia y compromiso. Asegura que hay hombres que crían con responsabilidad, entrega y amor, y que también forman parte fundamental en la construcción de infancias felices y seguras. Este Día del Padre, José Luis desea dejarle un mensaje claro a su hijo: “Estoy orgulloso de ti, te quiero con todo mi corazón y me hace muy feliz ser tu papá. Sigamos creciendo juntos”.
