Pregunta Ingenua: ¿Y los campesinos..? Sin decir agua va ni preguntar a nadie nada, sino sólo por una decisión unilateral, se dio la tarea de engatusar a quienes se hayan dejado para movilizar la escultura ecuestre del general Emiliano Zapata Salazar, del escondrijo en que la dejara enterrada el entonces alcalde Manuel Martínez Garrigós por el semidistribuidor vial que le plantó a la Glorieta de Buenavista donde estaba la escultura del Caudillo… En efecto, era necesario y hasta indispensable movilizar tal Monumento para guardar el respeto, rendir reconocimiento y homenaje permanente al Personaje de mayor trascendencia de nuestro Estado, hacia nuestro País y el Mundo, pues no hay ningún otro mexicano que alcance esa dimensión y presencia… No sabemos quién los iluminó para recomendar que la reubicación tuviese como espacio el término de la Avenida Vicente Guerrero en convergencia con el Libramiento de Cuernavaca, arteria en cuya entrada por la parte Sur, se encuentra la escultura ecuestre del Héroe suriano consumador de la Independencia de México y Presidente de este País en su tiempo… Esa Escultura por el tino que tuvo el gobernador Lauro Ortega, primero, le cambiaron por acuerdo de cabildo el nombre a la Avenida Gobernadores por Vicente Guerrero, lo cual cumplió con los preceptos legales para recibir el Monumento de don Vicente… He aquí, la primera pifia de quien se le ocurrió, porque todo parece indicar que no hubo tal acuerdo y sólo fue una ocurrencia poner al revolucionario Zapata, en la calzada del insurgente libertador Guerrero… Para ilustrar un poco a quien tuvo tal ocurrencia y sus soplanucas, vale la pena referirles que en esta Capital del Estado tenemos dos arterias con los espacios y razones suficientes para la ubicación de esa Escultura, que más tarde que temprano tendrá ahí su Recinto… Nos referimos a la Avenida Emiliano Zapata, en la Glorieta de Tlaltenango, un lugar propio y de gran presencia para este Monumento en memoria del Líder nacional agrarista, equipamiento o amueblamiento urbano que también puede quedar con toda dignidad al término de la Avenida Plan de Ayala, en su convergencia con el mismo Libramiento de Cuernavaca (así se llama), donde en coincidencia con el nombre de la Arteria que es el del Documento que sustentó la lucha de Emiliano Zapata, tiene como adicional el gran espacio de la Plaza y Monumento de la Revolución, donde también cabe con toda dignidad la Escultura Ecuestre del Caudillo… Ni modo, la falta de exceso de sapiencia para estas cuestiones, a efecto de que no sean sólo consecuencia de una pollina ideota, lo único que trae consigo es cometer aberraciones… Por cierto, en la inauguración con toda solemnidad tuvo la presencia de familiares de Zapata, de elementos del Ejército y la protagónica para las fotografías de los de cuello blanco pero, siempre el pero, ¿dónde estaban los campesinos de a deverás?, ¿los corridistas?, ¿los maestros y alumnos de algunas escuelas? y ¿los estudiosos de la Revolución Mexicana, del personaje epónimo don Emiliano Zapata Salazar y la pléyade de sus compañeros de lucha..? Todo parece indicar que para esa ocurrencia, no se les ocurrió invitar la cantidad y calidad necesaria de asistentes al acontecimiento de la reapertura de ese Monumento, más allá de los simples servidores públicos, muchos de ellos no sólo ajenos sino desconocedores de nuestra Revolución, de Zapata y el zapatismo… ¡Más cuidado y respeto para acontecimientos de esta naturaleza, les dejamos como sugerencia, viene en el año 2019 el Centenario del Sacrificio del general Emiliano Zapata, por lo cual el presidente Andrés Manuel López Obrador en Ayala, el 12 de enero lo declarará Año del Caudillo del Sur, Emiliano Zapata, esperamos que en las múltiples fechas y diversos acontecimientos que se preparen, se tomen las providencias para que estén en ellos quienes deben estar, y no sólo los que parecen contlapaches aplaudidores como focas, como dijera Graco… ¡Más reflexión, asesoría y menos protagonismo! ¡Hasta mañana que será un día más..!
CARTA ABIERTA
Por: Pablo Rubén Villalobos
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