Como pequeños puntos referenciales de nuestro querido México, dos o tres estados de la República brillan porque a ellos no han llegado los pantanos de sangre que prohijan los asesinos por tantos asesinados, levantones y desaparecidos que prácticamente también están muertos en su gran mayoría… Los estados que aún se significan por su tranquilidad y paz son Yucatán, Tlaxcala parece que Campeche y párele Usted de contar, porque hace apenas unos días Querétaro quedó ensangrentado por el vil asesinato que perpetraron los sicarios en un bar de esa capital, cuna de nuestra maltratada y manoseada Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, donde el reguero de 10 cadáveres y 13 personas heridas sembraron de terror y pánico al pujante estado del Centro de la República que lo es Querétaro… Esta masacre lugareña encendió los focos rojos no sólo ante el Gobierno de la entidad que tiene como mandatario a Mauricio Kuri González, sino al propio Gobierno de la República a cuyas autoridades, ayer encabezadas por Felipe Calderón Hinojosa el de la guerra contra el crimen organizado, luego Enrique Peña Nieto, quien según parece que negoció con algunos jefes-capos, y Andrés Manuel López Obrador, quien según lo que vimos parece que se hizo cómplice de varios de ellos, llevan hasta el momento junto con la pandemia del Covid más de 2 millones de muertos… Menciono lo del Covid, por lo del engaño de las vacunas ruso-cubanas-mexicanas (Sputnik, Abdala y Patria), que amén de rechazadas por la comunidad nacional prácticamente no sirvieron para nada y lo peor, la estrategia del Pejelagarto con su tal-Hugo López-Gatell, a final de cuentas sólo simularon en dejar hacer y dejar pasar por su equivocada estrategia frente a la pandemia, para que casi un millón de mexicanos perdiera la vida sin que a ellos presuntamente les haya pasado ni les pase nada… La otra parte numérica de los desaparecidos, por los levantados y asesinados, son la tétrica realidad que han sembrado a lo largo y ancho de todos los estados del país los del crimen organizado, el desorganizado y hasta los novatos que ahora se cubren anunciándose que son parte de ellos para cometer sus fechorías criminales… Estas fechorías, no sólo quedan en las cuestiones del terror ensangrentado sembrado sino que van más allá, por las amenazas personales, extorsiones, cobros de piso, amenazas cumplidas y quien sabe cuánto más, que en el caso de los empresarios termina con el incendio de sus pequeños, medianos o grandes negocios, que con el cierre de los mismos y hasta la huída de las tierras donde muchos de ellos tenían su sustento y posible prosperidad… No sólo son las cortinas empresariales que se bajan, sino las tierras productivas que se abandonan con sus productos del campo algunos de ellos incendiados o saqueados, entre gramíneas, frutales, cereales y quién sabe cuántos más tanto para la alimentación humana y animal, como para la exportación que es fuente de fortalecimiento económico… Lo de Querétaro debe preocupar a Claudia Sheinbaum, la PresidentA; a Omar García Harfuch, el Secretario de la Estrategia de Seguridad Nacional; al General Hernán Cortés Hernández, comandante de la Guardia Nacional; al General de cuatro estrellas Ricardo Trevilla Trejo, Secretario de la Defensa Nacional; al Secretario de Marina, Almirante Raymundo Pedro Morales Ángeles; a la Secretaria de Gobernación, Rosa Isela Rodríguez; al Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, y desde luego a todos los involucrados en la cuestión de la Seguridad Pública Estatal y Municipal, entre secretarios, altos funcionarios, directores de corporaciones estatales y municipales policiaca encabezados por los gobernadores de cada uno de los estados… Nadie o ninguno de ellos puede, ni debe hacerse a un lado… Lo de Querétaro es un foco rojo del tamaño de la sangre que corre en el país ensangrentado por tantas mujeres, hombres, niños, ancianos y jóvenes asesinados… ¡Ni modo Claudia ni modo Harfuch, a coordinar esfuerzos para que la Estrategia dé resultados y así frenar el mar de sangre en que nos hundimos…! ¡Fuera simulaciones…! ¡Ahí la dejamos! ¡Hasta mañana que será un día más!
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