De pronto, Mireya Gally Jordá se puso “legalista”. Como titular del Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Social, declaró que Cuauhtémoc Blanco Bravo “debió” separarse del cargo de gobernador tres meses antes de las próximas elecciones, es decir, el pasado viernes.
Y el mismo día, jueves, Cuauhtémoc advirtió que no solicitará licencia al cargo, asegurando que la ley no lo obliga a realizar campaña (como candidato a diputado federal plurinominal). Afirmó que, de dejar la gubernatura, un grupo de oposición querría tomar las riendas del Poder Ejecutivo.
¿Quiénes? No dijo nombres, y tampoco aclaró por qué cambió de opinión con respecto al anterior proceso electoral. En este contexto, Rafael Reyes Reyes se separó de la alcaldía de Jiutepec, dejándosela a David Iván Ortiz Muñiz, (¿su cuñado?), quien asumió el viernes, lo que en la imaginaria de éste no le cierra la puerta para buscar la alcaldía de tres y hasta seis años.
Por los mismos días, Juan Ángel Flores Bustamante dejó la presidencia municipal de Jojutla para hacer campaña por la diputación federal del cuarto distrito por Morena.
En resumen, nada fuera de la normal… A propósito, los noventa fue una década de gobernadores caídos, tirados varios de ellos por la maldad de Carlos Salinas de Gortari, o empujados al precipicio político por las circunstancias, o porque les ganó la tentación de la corrupción y no supieron “despistar al enemigo”.
En 2026, diez gobernadores pidieron licencia durante los últimos años, entre otros, Javier Duarte, de Veracruz; Ángel Heladio Aguirre Rivero y Rubén Figueroa Alcocer (Guerrero) Eduardo Robledo Rincón (Chiapas), Xiconténcatl Leyva Mortera (Baja California) y Jorge Carrillo Olea (Morelos). A éste último, en realidad lo tumbó el entonces presidente Ernesto Zedillo, pero la Suprema Corte de Justicia de la Nación argumentó que lo encontró responsable de omisión y comisión de secuestro y homicidio, por lo que fue inhabilitado por 12 años para volver desempeñar un puesto público.
(A partir del 2000, Zedillo ha vivido cual prófugo de la justicia, igual que Carlos Salinas y recientemente Felipe Calderón).
Hoy, otros y otras famosos y famosas que, debido a los lugares como fueron ubicados en las listas de sus partidos serán diputados federales plurinominales, son Pedro Haces Barba, Ricardo Monreal Ávila, Juan Carlos Hank Krauss, hijo del político Jorge Hank; el morelense Víctor Samuel Palma César, el exgobernador de Tamaulipas, Francisco Javier Cabeza de Vaca; el exlíder minero Napoleón Gómez Urrutia, el exaspirante presidencial Ricardo Monreal Ávila, Antonio Pérez Garibay, papá del piloto mexicano Sergio Pérez; el presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno, la excandidata presidencial, Patricia Mercado, y tal y tal…
¿Cabe la anécdota? Si mal no recuerdo apellidado Perdomo, llamado Francisco y de ocupación campesino, a cierto diputado de fines de los setenta que no sabía leer ni escribir el gobernador Armando León Bejarano le jugó una broma pesada.
Sabiéndolo analfabeta, le pidió en un evento público que pasara al micrófono y leyera un oficio en el que una comunidad de su distrito solicitaba la realización de una obra.
Perdomo hizo de tripas corazón, en el público fue obvio que éste le mentó mentalmente la madre al Gobernador conocido por bromista, conservó la serenidad, se paró de la silla que ocupaba en el presídium, tomó la hoja tamaño oficio que le entregó el Mandatario, simuló que empezaba a leer, pero el guasón lo interrumpió, diciéndole: “Diputado, tiene usted el papel al revés”. Un silencio embarazoso antecedió a las carcajadas del público cuando Perdomo aventó al suelo el papel y visiblemente encabronado espetó: “¡Así leo yo, chingao!”.
Hoy, cualquier parecido con el presente sería una coincidencia… (Me leen mañana). Las opiniones vertidas en este espacio son exclusiva responsabilidad del autor y no representan, necesariamente, la política editorial de Grupo Diario de Morelos.