Tener un perro, un gato —o hasta un pájaro— puede ser mucho más que una fuente de compañía. Hoy la ciencia lo respalda: los animales de compañía ayudan a prevenir la soledad y fortalecen el bienestar emocional, especialmente en adultos mayores y personas en situaciones vulnerables.
Investigadores de la Universidad de Monash, en Australia, realizaron un programa piloto donde adultos mayores y estudiantes universitarios compartieron actividades con animales —vivos y robóticos— durante 18 semanas. ¿El resultado? Menos soledad, más salud y mejor ánimo. La soledad, medida con la Escala de UCLA, bajó de 49.4 a 41.4 puntos, y también se reportaron mejoras clínicas en la percepción de salud general.
El secreto parece estar en el vínculo emocional que se crea. Según la psicoanalista María Fernanda Rivas, los animales “leen” nuestros estados de ánimo y ocupan un lugar emocional clave en el hogar. Además, en tiempos difíciles —como la vejez, la pérdida o los conflictos familiares—, su presencia puede calmar, reconfortar y despertar sentimientos curativos como la ternura y el apego.
Y no es solo emocional. Un estudio del Hospital Italiano que siguió a 4.5 millones de adultos mayores por 12 años encontró que quienes tenían mascotas presentaban menos infartos, ACV y enfermedades cognitivas. También mostraron menos depresión y mejor memoria.
El doctor Juan Hitzig lo resume así: los animales de compañía activan el “circuito del amor” (serotonina, dopamina y oxitocina), reducen el estrés y mejoran el sistema inmunológico. En otras palabras: ayudan a vivir mejor, por dentro y por fuera.
¿La recomendación? Si estás pasando por una etapa de soledad o conoces a alguien que lo esté, considera la compañía de un animal. Podría cambiar vidas.