Mazatepec.– En un rincón escondido del sur de Morelos, donde la tierra parece susurrar secretos ancestrales, la naturaleza ha obrado un prodigio que devuelve la esperanza a una comunidad golpeada por la tragedia.

Los legendarios Ojos de Agua de Cuauchichinola, el cristalino manantial que por décadas fue refugio de miles de familias en busca de frescura y paz, comienza a brotar de nuevo.

Después de ocho años de silencio forzado por el devastador sismo del 19 de septiembre de 2017, este balneario rústico –conocido como "Paraíso Escondido"– resurge como un símbolo de resiliencia, invitando a morelenses y visitantes a redescubrir la magia de sus aguas frías y puras.

Imágenes y videos recientes compartidas en redes sociales muestran el agua emergiendo tímidamente de los cuatro manantiales principales, tiñendo de azul turquesa las pozas que una vez bullían de vida. "Es como si la tierra nos perdonara", dice Eduardo Vergara Villalobos, representante de la Asociación Civil que administra el sitio desde hace más de tres décadas. "Este renacimiento no es sólo agua; es la recuperación de nuestra identidad como comunidad".

Un Legado Histórico Sumergido en el Tiempo

Los Ojos de Agua de Cuauchichinola no son un mero paraje turístico: son un tesoro geológico y cultural enclavado en la comunidad de Cuauchichinola, a unos 9 kilómetros al norte de Mazatepec, en el corazón de la zona sur de Morelos.

Ubicados a 925 metros sobre el nivel del mar, estos manantiales emergen de filtraciones subterráneas alimentadas por ríos como el Chalma y el Tembembe, que solo fluyen con fuerza en temporada de lluvias.

Históricamente, el sitio se remonta a épocas prehispánicas; la región de Mazatepec fue habitada desde el Preclásico (1500 a.C.) por grupos nahuas, y los ojos de agua formaban parte de un ecosistema vital para la agricultura y los rituales locales.

En el siglo XX, el balneario "Paraíso Escondido, Ojos de Agua" se consolidó como un oasis accesible todo el año, abierto de 8:00 a 18:00 horas. Sus cinco pozas naturales, de aguas frías y cristalinas –ideales para nadar y refrescarse en el calor morelense–, atraían a familias de Cuernavaca, Puente de Ixtla y hasta del Estado de México.

Aunque no hay cifras oficiales precisas, administradores estiman que en su apogeo, antes del 2017, recibía miles de visitantes anuales, especialmente en Semana Santa y verano, generando ingresos para más de 20 familias locales mediante servicios como restaurantes con antojitos típicos hechos a mano.

Además, el manantial irrigaba más de 350 hectáreas de cultivos de caña en ejidos de Puente de Ixtla y Mazatepec, convirtiéndolo en un pilar económico y ecológico.

"Era un paraíso escondido donde el agua salía pura, fría como el rocío matutino, y tan clara que podías ver peces danzando en el fondo", recuerda María López, una vecina de 65 años que creció chapoteando en sus pozas.

El sitio, accesible por la carretera federal México-Acapulco (a 18 km de Alpuyeca), se promocionaba como un balneario rústico sin cloro ni químicos, donde la natación y la pesca en el Río Chalma eran gratuitas, con cuotas mínimas por acceso (alrededor de 50 pesos por persona en temporadas altas).

El Sismo de 2017: Cuando la Tierra Tragó el Agua

El 19 de septiembre de 2017, un terremoto de magnitud 7.1 con epicentro en Axochiapan sacudió Morelos como un látigo divino, dejando un saldo de 373 fallecidos en el estado y daños en más de 50 mil viviendas.

En Cuauchichinola, el impacto fue subterráneo y silencioso: las fracturas en la corteza terrestre desviaron los cauces acuíferos, secando gradualmente los manantiales en unos tres meses. De los cinco ojos principales, cuatro desaparecieron por completo, dejando solo un "espejo de agua" en el más grande.

El balneario cerró sus puertas en abril de 2018, tras intentos fallidos de bombeo para mantener el flujo. "El sismo no solo nos quitó el agua; nos robó el sustento", relata Vergara.

La Comisión Nacional del Agua (Conagua) y la Comisión Estatal del Agua (Ceagua) inspeccionaron el sitio en 2019 y 2020, perforando pozos temporales para los agricultores, pero el manantial permaneció inerte.

Hasta febrero de 2025, reportes locales confirmaban su sequedad persistente, contrastando con recuperaciones en otros sitios como el manantial de Amacuzac.

La pérdida afectó no solo el turismo: productores locales vieron peligrar sus cosechas, y la comunidad –de apenas 32 habitantes en la cercana Colonia Ojos de Agua– enfrentó un éxodo temporal.

En redes como Facebook y X (antes Twitter), publicaciones de 2018 lamentaban: "Secos los otrora hermosísimos ojos de agua", con fotos de pozas vacías que dolían como heridas abiertas.

El Renacimiento: Una Nueva Esperanza en 2025

Este diciembre de 2025, el milagro llegó sin fanfarrias. Videos virales en X, compartidos por Diario de Morelos y Extra de Morelos, capturan el agua brotando de nuevo, con un flujo inicial de unos 10 litros por minuto en el ojo principal.

Expertos de Ceagua atribuyen el retorno a una estabilización geológica natural, posiblemente impulsada por las lluvias intensas de 2024 y la ausencia de sismos mayores. "Es un proceso lento, pero irreversible si lo cuidamos", explica un hidrólogo consultado.

La noticia ha generado euforia: en solo 24 horas, los posts acumularon cientos de vistas, con usuarios planeando visitas. El balneario planea reabrir en enero de 2026, con tarifas accesibles y énfasis en sostenibilidad. Pero los pobladores lanzan un llamado urgente: "Cuidémoslo como a un hijo recién nacido".

Guía Práctica para Visitar los Ojos de Agua de Cuauchichinola

Para que este renacimiento perdure, aquí va una guía utilitaria para disfrutar responsablemente este tesoro de Morelos:

  • Cómo Llegar: Toma la carretera federal 166 México-Grutas de Cacahuamilpa. Desde Cuernavaca, son 45 minutos (50 km). Gira en el entronque de Cuauchichinola, a mano izquierda en la Colonia 24 de Febrero.
  • Mejor Época: Marzo-abril (Semana Santa) para mayor flujo; evita estiaje (marzo-mayo).
  • Qué Esperar: Aguas frías (18-22°C), cristalinas y potable; pozas para nadar (profundidad 1-2 m); áreas para picnic. En vacaciones, restaurante con tacos y tortillas hechas a mano.
  • Reglas Esenciales para Preservarlo:
    • Sin basura: Lleva bolsas para tus residuos; hay contenedores limitados.
    • Sin jabones ni contaminantes: Nada natural; usa protector solar biodegradable.
    • Sin dañar la flora: No arranques plantas ni hierbas; el ecosistema es frágil.
    • Respeta horarios: 8:00-18:00; entrada aprox. 50-100 pesos (confirma actualizaciones).
  • Impacto Económico: Cada visita apoya a 20 familias locales; opta por guías comunitarios para un turismo ético.

Hacia un Futuro Sostenible: La Lección de la Resiliencia

Este renacimiento no es solo un chispazo de agua; es una lección para Morelos, un estado marcado por sismos y sequías. Mientras el Proagua 2025 invierte 650 millones de pesos en infraestructura hídrica estatal, casos como Cuauchichinola recuerdan que la verdadera recuperación nace de la tierra y la comunidad. "Hemos esperado ocho años; ahora, con cuidado, lo haremos eterno", concluye López.

Si buscas un escape donde la naturaleza recompensa la paciencia, dirígete a Cuauchichinola. Los Ojos de Agua no solo brotan: invitan a renacer con ellos. ¿Listo para sumergirte en la magia de Morelos? 

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