En nuestra segunda sesión desayuno del Grupo Empresarial Morelos, nos acompañó la psicóloga Abigail Salazar Solorio, quien nos vino a platicar sobre el tema de la Tanatología.

“Quiero agradecer la invitación en este día con grandes personas que yo siempre he admirado -manifestó-. Qué bueno, comentando que no puede ser una plática tan profunda porque al hablar de muerte más podremos disfrutar de la vida. Porque si bien es cierto que nos vamos a morir un día, aún estamos vivos y la idea es naturalizarnos.

“En la medida que aceptemos la muerte es la medida que vamos aceptar vivir bien; yo soy psicóloga de profesión y estudio una maestría en La Salle y me entero de que hay una rama de Tanatología; pasa el tiempo, entro al diplomado y fue una experiencia muy bonita en donde terminé de laborar el duelo de mi padre. Cuando uno no se hace consciente de las fases de duelo esta pérdida es difícil que nos podamos formar.

“Les platico rápido mi experiencia de duelo de mi padre, pero quiero que se den cuenta de que después de una pérdida siempre hay una ganancia. En el 2013 muere mi suegra por un proceso de cáncer que duró 2 meses; luego muere una tía abuela en el 2013, pasa ese año con estas dos muertes y en el 2014 muere mi abuela materna y cinco días después muere mi papá. Entonces, mi madre vive la pérdida de su tía que era su segunda madre, la pérdida de su madre y la pérdida de mi papá. Y como hijo tu miedo más grande es que se muera tu mamá.

“Yo viví mi duelo tratando de hacerme fuerte, porque todo se fue acumulando y me creí la fuerte pues era la psicóloga, pero en ese momento no pude expresar mi duelo, no lo hablé, y cuando uno no lo hace el cuerpo lo hace, el cuerpo se encarga de cobrar factura, y me di cuenta de que tenía que llorar a mi padre y que tenía que llorar a mi abuela.

“Tiempo después se inició este diplomado que me sirvió bastante. Hablar de Tanatología no es lo mismo aquí que en España; aquí en México es una disciplina que nos da herramientas para poder lidiar con el dolor y el sufrimiento, es un acompañamiento a una persona en etapa terminal, es acompañar a los familiares para que esta descomposición que se hace cuando hay un enfermo no se haga más grande.

“Estas pérdidas tienen cinco pasos que, según Elizabeth Cubler Rosse, que es una doctora que nació en Suiza pero empieza a trabajar en un hospital en los años 70; y la mandan con los que ya están agonizando, y ella empieza a observar y a escribir todo lo que veía de estos enfermos, y determina que en esta etapa de duelo hay cinco fases; la primera es la negación, es un mecanismo de defensa, de decir esto no está pasando, no puede ser, se equivocaron, etc. Esto es para que ese golpe no sea tan fuerte.

“La segunda fase de este duelo es la negociación, cuando uno empieza a negociar con Dios, con la vida, y también viene la culpa, como si nosotros decidiéramos quién se va a morir, aunque sea erróneo, hay muchas cosas que están fuera de nuestro alcance, y la muerte nosotros no la decidimos.

“La siguiente es Depresión o Tristeza, esta etapa es normal y hay que vivir ese dolor, llorando, gritando, sintiendo, porque eso nos va a permitir aceptar que ya se murió. Cuando uno acepta la muerte hay que decirlo con todas sus palabras: ya se murió.

“Aceptar esto obviamente requiere de tiempo, el primer año es el más complicado, porque si se muere en septiembre, en noviembre es día de muertos y sería la primera ofrenda dedicada a él, en diciembre es la primera Navidad que no va a pasar con nosotros, y pues en todas estas fechas significativas él ya no va a estar. En el segundo año la pérdida se asimila, se acepta y se le empieza a recordar con alegría, es aprender a vivir con este dolor, que si bien no se quita del todo, sí se puede vivir con él.

“Cuando llegan al consultorio y me dicen no puedo vivir sin él, yo les digo: si lo amabas tanto ¿qué eres capaz de hacer por él?, y empiezan a recordar varias cosas y les vuelvo a preguntar: ¿el amor que le tenías a esa persona puede hacer que vuelvas a ser feliz?

“Las personas más bellas con las que me he encontrado son aquellas que han conocido la derrota, el sufrimiento, la lucha y la pérdida, y han sabido salir de las oscuridades; estas personas tienen una profunda inquietud amorosa.

“Cuando uno siente que no puede, hay que buscar ayuda que nos haga tener este acompañamiento del dolor; te van a hacer más consciente de en qué etapa estás; es normal que pienses eso, que pienses que son cosas que según tú no son normales.

“Tenemos en cada uno de nosotros estas herramientas que nos pueden ayudar a sobresalir, todos tenemos esta fortaleza y todos podemos salir adelante; es algo natural. La invitación aquí es ir descargando las cosas que están en nuestra mochila, como culpas y cosas que no son de nosotros; la invitación es quitarte esa carga para que viajes más ligero y más feliz. Todos nos vamos a morir, algún día tendrá que pasar; por eso es vivir la vida cada día como si fuera el último. Hay que descargar con nuestras culpas.

“Y justo cuando la oruga pensó que era su final, se convirtió en mariposa”.

Felicidades a la psicóloga. Y sería bueno considerar sus palabras frecuentemente. ¿No cree usted?

 

Por: Teodoro Lavín León

lavinleon@gmail.com / Twitter: @teolavin

Cumple los criterios de The Trust Project

Saber más

Síguenos en Google Noticias para mantenerte siempre informado

Sigue el canal de Diario De Morelos en WhatsApp