No cabe duda de que los diputados no entienden que les queda sólo un año para irse a su casa y que son como todos los empleados del gobierno, pues tienen un escritorio prestado que tendrán que ocupar quienes lleguen en su lugar, después de que perdieron la batalla por la reforma política, en la que la reforma electoral estaba hecha a la medida de sus deseos, en lugar de buscar la conciliación.
Su prepotencia y falta de cerebro los hace arremeter contra los alcaldes, por lo que llega uno a concluir que son más tontos de lo que uno se imaginaba, y que no saben de política nada de nada. En lugar de hacer pasteles y visitar exposiciones, sería conveniente que leyeran algún libro, a ver si algo aprenden.
Como si fuera en Animal Planet, en el programa de lo más absurdo de los animales, los diputados podrían ser protagonistas junto con el mediocre delegado del Gobierno Federal, que perdió la partida a pesar de las amenazas y de la presión a la que sometieron a los cabildos del estado.
La respuesta de los alcaldes es el resultado del mal trato que los diputados y el delegado federal han tenido, y éstos no entienden que son electos como los primeros y no son empleados del Gobierno de la República; mientras no lo entiendan, las cosas seguirán muertas en Morelos, como ya están.
El estado está cada vez peor y, por más estaciones de radio que compren o alquilen, no van a convencer a nadie; si bien todavía la coalición ganadora en la pasada elección tiene una ventaja en las encuestas, ésta se acabará con los resultados tan malos de la manera en que se ha manejado la pandemia y, desde luego, con la separación de la coalición del PT que, como vemos, en el Congreso se ha vuelto la piedra en el zapato de Morena.
Quizá lo que hace falta son líderes, líderes nuevos, porque los partidos tradicionales -a pesar de que tienen su público para ganar- están muertos. No existe en el panorama estatal una verdadera oposición, lo importante de la determinación de los alcaldes es que ya es parte de la historia de cómo un Congreso no debe de conducirse; los cargos públicos son para ayudar a los que lo necesitan, no nada más a sus amigos.
Aquí el PAN sólo funciona en la familia del presidente; se ha desmembrado y el PRI hay que rehacerlo desde abajo y buscar la manera de hacer creíble sus propuestas; el PRD está totalmente acabado y los demás sólo son satélites; faltan liderazgos de gente con conocimiento y prestigio; y si creen que haciendo propaganda en Facebook y regalando cosas lo van a lograr, están equivocados, ahora se necesita más que eso.
La ciudadanía está cansada y mucha de ella desilusionada, las cosas no las tiene fáciles y no hay una tendencia clara como hace tres años, ahora las cosas pueden transformarse de manera importante.
Quizá quienes detentan el poder no se dan cuenta, pero la ciudadanía de todos tamaños: ricos y pobres y más pobres están molestos, la inseguridad crece y crece y la economía cada día está peor para todos los morelenses.
Hay secretarías que funcionan sin la soberbia detrás y éstas están haciendo un trabajo, si no muy grande porque los recursos se los quedan los más influyentes, pero los golpes dentro del gabinete en todas las secretarías están a la orden del día.
Bajita la mano y en privado, hablan mal unos de otros; veamos desde los que manejan la gobernabilidad, la salud y hasta la cultura, donde las patadas bajo la mesa son verdaderamente graves.
Por lo pronto, sobre las acusaciones al delegado del Gobierno de la República, él dice que no es cierto, que no presionó a los alcaldes y sus cabildos; declaró que es falso y absurdo; dijo que faltó “diálogo político” para consensuar la reforma electoral “porque era importante para la vida democrática de Morelos, pero ahora quieren politizar el tema”.
¿Entonces para qué ésta no ha dado una?
Veamos nada más lo de la termoeléctrica: todo le salió mal y dice que lo denuncien, como si en este país la ley se aplicara. Somos un país donde la ley se negocia y se interpreta al mejor postor, no entendo a quién tratan de engañar.
Aceptó el delegado que buscó a los ediles y participó en las sesiones de la Junta de Gobierno del Instituto de Desarrollo y Fortalecimiento Municipal del Estado de Morelos (Idefomm), pero que no hubo diálogo. ¿Entonces a qué fue, a perder el tiempo? Por favor, no son buenos ni para decir mentiras. El régimen anterior era el rey de la mentira, pero mejor sustentada.
Señaló que “era una reforma benéfica para el estado pero al final sobresalió el no diálogo y el revanchismo, o por cerrarse, y eso no abona a la política del estado. Lo que no dice es que es el resultado de la molestia provocada por la prepotencia y soberbia de quienes están en el gobierno, quienes no han entendido el llamado del Presidente de la República. ¿No cree usted?
Por: Teodoro Lavín León / lavinleon@gmail.com / Twitter: @teolavin