Primero y antes que nada, quiero agradecer su paciencia; ya estamos aquí para retomar nuestro análisis diario.
Primeramente, quiero agradecer al Gobierno del Estado, a la Comisión de Premiación de la venera José María Morelos el habérmela otorgado el pasado 17 de abril en fecha tan significativa: los 150 años de la erección del estado, así como a todos y cada uno de los que me apoyaron y me acompañaron a la recepción de la misma. Muchas muchas gracias, es para mi un honor recibirla a nombre de los cuernavacenses porque es un premio para todos nosotros, para la sociedad civil de nuestra bella capital.
También debo darles las gracias a todos y cada uno de los que nos acompañaron a El Baile de los Cuernavacos, que fue verdaderamente increíble. A pesar de la fecha, que era el Viernes de Dolores, tuvimos más éxito que en otros años y pudimos ayudar al Banco de Alimentos con un poco más de 60,000.00 pesos, gracias a todos por hacer posible el volvernos a ver.
Y ya hablando de otra cosa, regresar a nuestra bella ciudad nos confirma una vez más el porqué es famosa en el mundo: despertar con el maravilloso olor a la tierra mojada, el canto de las aves y la belleza de nuestro entorno es fantástico; lástima que la delincuencia esté imparable. Nos dicen que viene la Guardia Nacional, ¿pero en realidad será esa la solución cuando a la una de la tarde están asesinando a quien se les ocurre a los criminales?
Apenas llego y tres de mis amigos me informan que acaban de cerrar sus negocios porque les están “pidiendo piso”. Uno de esos negocios en el centro era vender decoraciones con globos, así que era en verdad poco remunerador, pero esas increíbles damas hacían maravillas con ellos; pues a medio día fueron y no sólo les robaron,  sino que además les pidieron cinco mil pesos semanarios con la amenaza de matarlas y de que si decían algo ya sabían donde vivían ellas y sus familias. Lógicamente, cerraron ese día y salieron corriendo; así no se puede vivir, tenemos a los soldados patrullando las calles de la ciudad, a la policía pendiente de quién comete una infracción y, sin embargo, lo hacen en sus barbas, enfrente de ellos a plena luz del día.
No hay quien pare a la delincuencia, tenemos que encontrar otra manera, quizá sin tanta policía, en la que participemos todos; no entiendo por qué no utilizan los medios y los planes de aquellos que ya estuvieron en una situación parecida a nosotros y salieron adelante. Entendemos las dificultades y lo que para esto se necesita, pero con la adecuada política, abriéndose realmente a la participación de todos, podríamos salir adelante. Creo que lo único que no tiene solución es la muerte, hay que echar a andar la imaginación y ponerse estudiar; sí hay lugares que acabaron con la delincuencia. El error de Calderón fue declarar la guerra sin sustento, quitar cabezas y dejar una serie de pequeños grupos delincuenciales que son más difíciles de perseguir; es algo que ahora pagamos, y el trabajar junto con ellos, como lo hizo el régimen anterior, los fortaleció y ahora están imparables.
Hagamos todos juntos algo en beneficio de nuestra ciudad, tenemos mucho trabajo. Me decía una pareja de amigos de toda la vida que, por ejemplo, la calle de Guerrero  en las mañanas esta limpia y a las doce del día está hecha un asco; esa es responsabilidad ciudadana y necesitamos todos ayudar a conservar la ciudad y su limpieza, ayudarnos unos a otros en beneficio de la comunidad.
La verdad, es una verdadera tristeza, estoy de acuerdo en que los buenos somos más y que en el régimen anterior no sólo se dedicaron a robar, sino que además les dieron carta abierta a los delincuentes, y ahora hay que demostrarles juntos que  queremos a Morelos y a Cuernavaca, y exigir a la autoridad que cumpla y esté pendiente. Todos podemos ayudar, pero la responsabilidad es de la autoridad, así lo marca la Constitución.
Pasando a otra cosa, ayer hubo una marcha -dicen en los corrillos políticos que auspiciada por el PAN- para señalar su descontento con el Presidente de la República, y señalan que hay más muertos, más corrupción, más inflación, menos educación, menos trabajo y menos salud y le piden respeto a la ley y a sus instituciones; marcharon en silencio del Calvario al Zócalo. Lo interesante es ver quiénes marcharon y su peso político, económico y social.
Y tengo que hacer un reconocimiento a mi amigo (QEPD) Luis Maldonado Venegas por su apoyo incondicional  a la publicación del libro “Zapata cabalga en mis letras” y que se convirtió en un homenaje a su persona, auspiciado por la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, la Academia de Literatura Juan Rueda Ortiz, el Gobierno del Estado y la fundación Zapata, y que presentamos los autores el pasado sábado;  la presentación fue un éxito con la participación de autores de varios estados y países latinoamericanos. El cierre del acto con el Coro de Fulgencio Ávila fue un acierto. Felicidades.
Nos vemos mañana,  esperando mejores noticias sobre nuestra ciudad y estado, y que ya verdaderamente se empiece a hacer justicia con los que nos robaron. ¿No cree usted?

Por: Teodoro Lavín León / totolavin@outlook.com

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