SIN ELLAS SE HUBIERA PERDIDO LA CONTIENDA

Sin las mujeres hubiera sido imposible llevar a cabo la Revolución Mexicana de 1910. Existía lo que se llegó a llamar la Triple Jornada la cual comenzaba con: lo doméstico, dando de comer a sus hombres y a la tener limpia la ropa para que  salieran a pelear. En lo militar, preparar las armas, las cartucheras, los fusiles y en las casas de campaña, una participación como telegrafistas, enfermeras, reporteras, editoras de periódicos y maestras. Además de ser unas magníficas madres de sus hijos y de los que quedaron huérfanos.

En la revolución hubo muchas mujeres sobresalientes en la lucha, al lado de su compañero y de entre ellas hay algunas que todavía las recuerda el pueblo y las cantan y son las Adelitas que provienen del tiempo de Pancho Villa y las Valentinas del tiempo de Venustiano Carranza: Adela Velarde y Valentina Gatica melodías cantadas en recuerdo de las mujeres que sobresalieron, y quedaron registradas en la revolución no sólo porque eran buenas soldaderas, sino porque eran bellas, pero porque habían hombres que buscaban su amor y encontraban su rechazo. Se hicieron los dos corridos, que recorrieron los Estados Unidos y se volvieron  cánticos de nuestro movimiento armado.

QUÉ HICIERON FISICAMENTE LAS MUJERES

Las mujeres de la revolución se iban a la bola. La presencia de la mujer en el ámbito político fue vital para la revolución mexicana; las Magonistas como Juana Belén Gutiérrez y Dolores Jiménez y Muro, llevaron a cabo un movimiento para liberar a los presos políticos en 1911. Las maderistas Teresa Arteaga y Carmen Serdán formaron un grupo antirreeleccionistas y defendieron los principios de la democracia.

Carmen Serdán, nació en 1875 y falleció en 1942; era hermana de Aquiles Cerdán y hay opiniones encontradas si llegó a ser la esposa de Francisco I Madero o solamente compañera de lucha al formar parte del grupo antirreelecionistas. Carmen participó en el primer movimiento armado de la revolución, junto a Francisco I Madero los que se oponían al régimen de Porfirio Díaz.

Durante el ocaso de la dictadura porfirista, tras la elección del hermano del presidente Madero, como presidente de la sección de Puebla del partido Nacional, Carmen se encargó de las labores de la propaganda, en la compra de armas y de explosivos entre los seguidores de la causa, junto a su hermano Marcos Serdán.

Una detonación accidental de una arma en la casa de los Serdán en noviembre de 1910 se desató un tiroteo con policías donde Carmen resultó gravemente herida cuando su hermano Máximo entró en acción. La madrugada siguiente Aquiles fue muerto cuando intentaba abandonar el sitio.

En 1913 tras el golpe de estado de Victoriano Huerta, Carmen formó parte de la junta revolucionaria de Puebla y en ese año, organizó el Movimiento que apoyó a Venustiano Carranza primer jefe del Ejército Constitucionalista trabajando Carmen como enfermera en hospitales militares. 

Un importante grupo de mujeres encabezado por Hermida Gatendo, quien sostenía que la participación de la mujer activa debía darse en lo público y en lo privado. Hermida fue una de las feministas más importantes en la revolución entre 1915 y 1919.

EN QUÉ AYUDO LA MUJER EN LA REVOLUCIÓN

El 20 de noviembre de 1910 en que el pueblo se levantó en armas contra Porfirio Díaz. Los  hombres y las mujeres se unieron y desde el principio se mostró que la mujer dentro de la Revolución Mexicana jugó un papel importante y decisivo. Fue común para las mujeres el ser soldaderas marchando junto a los hombres, llevando a los niños con ellas al campo de batalla. Era tal su entereza que cuando su hombre había sido muerto, ellas seguían luchando en su lugar.

El 16 de enero se efectuó el primer congreso feminista en Yucatán, que reunió a 700 mujeres destacadas de toda la república. El congreso fue convocado por el gobernador de Yucatán Salvador Alvarado, trece meses antes del Constituyente al final de la Revolución Mexicana.

Como resultado de esta reunión las mujeres ganaron el derecho a la administración de bienes; la tutela de hijos e hijas y salario igual y trabajo igual.

Gracias a la lucha que sostuvieron en la revolución, sus demandas fueron incorporadas a las leyes, tal como la Ley de Disolución de Vínculos promulgada por Venustiano Carranza en 1914, la Ley sobre relaciones familiares expedida en 1917 y la Ley del matrimonio, que decretó Emiliano Zapata en 1915.

Finalmente el 5 de febrero de 1917 fue promulgada la constitución mexicana quisieran dar trabajos demasiado pesados para la mujer. En el Artículo 123 se determinaron protecciones al desempeño del trabajo femenino durante el embarazo y a la rehabilitación de la salud en caso de ser necesario.

Previo a la Constitución Política de 1917, las mujeres participaron activamente en la construcción de la Carta Magna, como Margarita Neri Carmen Alanis, Rosa Bobadilla y María Arias Bernal. Son solamente algunos nombres que hicieron historia dentro de la Revolución Mexicana y de los derechos políticos para las mujeres.

En el caso de las mujeres, las soldaderas o adelitas, jugaron un papel determinante en este movimiento armado, sin embargo por muchos años quedaron relegadas a la sombra de la historia y se centró en los personajes masculinos.

Por ello es tan importante destacar que durante los años que duró la revolución mexicana, esos hombres se volvieron ilustres y aquellos que murieron luchando para hacer de México una mejor nación, junto a esas mujeres que fueron madres, esposas, amantes, que los acompañaron en el frente, que les dieron de comer y los defendían y luchaban con sus armas, que no aparecen en libros o registros y que lucharon para conseguir una mejor nación, pero también para reclamar sus derechos como ciudadanas.

En este sentido, la individualidad de las soldaderas se debió a una premisa machista y malinchista. Ser mujer y mexicana implica una doble marginalidad y también la desaparición del imaginario social.

Pese a ello la acción de estas valientes mujeres las determinaron como rompedoras de los esquemas sociales del patriarcado. Esto implicó una liberación femenina que tendió puentes hacia la democracia. Un movimiento que no fue ajeno, sino que fue crucial, la que durante décadas parecía un submundo aislado. Tras ese periodo y gracias a su intervención se iniciaría por fin el Sufragio Efectivo.

Estas valientes mujeres rompieron los esquemas sociales y llevaron a sus compatriotas a la Liberación Femenina. Y a pesar de ello en ningún momento se vieron como víctimas de la contienda, sino como parte de ella, en la que actuaron dentro de sus posibilidades y conocimientos, pues la mayoría eran analfabetas. A pesar de esa actitud de guerreras muchas tuvieron que buscar otro tipo de estrategia dentro de su bando y proteger su honor.

También tiene que recordarse a Ángela Jiménez, una experta en explosivos que siempre se jugaba la vida al munipular aquellos peligros, sin olvidas a Ämelia Robles, quien realmente se sentía pistolera y cuando estalló la guerra  se incorporó a ella con toda naturalidad.

GRACIAS A ELLAS SOMOS LIBRES. 

Por: Rafael Benabib / rafaelbenabib@hotmail.com


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