El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, calificó como "muy tonta" la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer aranceles del 25% a las importaciones canadienses y mexicanas, considerándola una declaración de guerra comercial.
En respuesta, Canadá implementó aranceles del 25% sobre productos estadounidenses por un valor de 30.000 millones de dólares canadienses, con planes de extenderlos a 125.000 millones en las próximas semanas. Estos aranceles afectan a bienes como alimentos, textiles y muebles, y buscan ejercer presión política sobre Estados Unidos.
Trudeau instó a los ciudadanos canadienses a consumir productos nacionales y advirtió que las medidas de Trump podrían perjudicar empleos estadounidenses y violar el acuerdo de libre comercio USMCA.
Las tensiones comerciales han generado preocupación en los mercados internacionales, con caídas significativas en Wall Street y temores de una escalada que afecte la economía global.
Mientras tanto, México también ha anunciado planes para imponer aranceles de represalia a productos estadounidenses, aunque los detalles específicos aún no se han dado a conocer.
La comunidad internacional observa con inquietud el desarrollo de esta disputa comercial, que podría tener repercusiones significativas en las relaciones económicas y políticas entre estos países.
