En Morelos, hablar de la planta de Nissan en CIVAC era como hablar de un viejo conocido: siempre ahí, firme, desde 1966. ¡Casi 60 años de historia! Fue la primera planta de Nissan fuera de Japón y se convirtió en todo un símbolo del Morelos moderno, trabajador y con ganas de comerse al mundo a punta de tuercas, motores y orgullo morelense.
Por eso, cuando se confirmó que la planta cerrará sus operaciones en marzo de 2026, el sentimiento fue de esos que se sienten en el pecho. Y cómo no: no solo se trata de una fuente de empleo —que lo es y muy importante—, sino de un emblema del Estado, un recuerdo vivo de cómo Morelos se insertó en la economía global mucho antes que muchos otros. Nissan en CIVAC fue pionera y eso no se olvida fácil.
Hay que decirlo como es: el cierre sí duele, pero también hay que poner las cosas en contexto. La propia Presidenta Claudia Sheinbaum reconoció con claridad que esto ‘afecta empleos’ y que es una situación lamentable, especialmente por la manera en que se anunció. Y es que la decisión no vino del gobierno federal ni del estatal, sino de la propia empresa, en una estrategia corporativa de reorganización global.
Eso nos lleva a un punto importante: ni el gobierno de Morelos ni el federal tienen responsabilidad directa en esta decisión. Las condiciones están dadas, los canales de comunicación existen y se trabaja desde ya en alternativas para los trabajadores y para el uso del espacio industrial que quedará libre.
Además, sin minimizar el golpe, también hay que decir que una parte del impacto tiene que ver con la nostalgia. Es natural: hablamos de una planta que estuvo en pie más de medio siglo, que dio empleo a miles de familias y que marcó a generaciones. No es solo una nave industrial la que se va, es un cachito de identidad. Y por eso la noticia caló más fuerte.
Pero que no cunda el pánico: Morelos tiene con qué. El Estado ha demostrado en más de una ocasión que sabe reinventarse, que sabe atraer inversión, y que tiene talento humano de sobra. Hoy, más que nunca, se abren oportunidades para diversificar, para modernizar el modelo económico, para apostarle a sectores nuevos sin perder lo que ya sabemos hacer.
La Gobernadora Margarita González Saravia ha mostrado sensibilidad y compromiso ante este anuncio. Su reacción ha sido de respaldo a los trabajadores y de buscar salidas que amortigüen el golpe. El Gobierno del Estado está en lo suyo y eso da confianza.
Así que sí, el cierre de Nissan en CIVAC marca el fin de una era, pero no el de nuestra historia industrial. Si algo ha caracterizado a Morelos es su capacidad de adaptación y su espíritu echado pa’lante. Hoy, más que lamentarnos, toca planear, atraer y construir nuevas historias de éxito. Porque si una puerta se cierra… ¡hay que abrir otra con más fuerza!
No está de más decir que esto es a título personal.
6x6: Nosferatu, orgullosamente morelense, se forjó a punta de esfuerzo y raquetazos bien dados en la legendaria Arena Isabel de Cuernavaca, donde debutó como Chamaco Valaguez Jr.
Desde chamaco, con garra y disciplina, se fue abriendo paso hasta brillar en el Consejo Mundial de Lucha Libre.
Ya con el nombre de Nosferatu, se metió de lleno al bando rudo y se ganó su lugar en Los Infernales, bajo la batuta del gran maestro Satánico, nada más y nada menos.
Su máscara imponente y su estilo aguerrido hablaban fuerte: era un rudo con escuela, corazón y sangre morelense.
A los 45 años nos dejó, pero su recuerdo sigue tan vivo como los gritos de la afición en plena caída.
Ahora luchará desde la arena celestial, donde los grandes nunca se rinden y el aplauso es eterno.
¡Saludos!
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