La democracia no es únicamente el voto. Un gobernante no es demócrata solo por obtener más votos en una elección. Las votaciones son importantes en la democracia, pero no son la democracia. 

El objetivo de la votación es que una persona o grupo no se eternice en el poder, por ello todas las democracias limitan la estancia en el poder del presidente o primer ministro y de legisladores a un determinado período: 4 años en EUA, 5 en casi toda Europa y 6 en México. 

En las dictaduras, como Cuba y Venezuela, los presidentes se eternizan en el poder hasta que se mueren. Chávez introdujo la relección permanente. En Cuba hay monopartidismo, solo el partido Comunista es legal. La familia Castro ha estado en el poder más de medio siglo.

Ningún analista serio considera a Cuba o Venezuela como democracias, a pesar de que temporalmente realizan elecciones fraudulentas.

Otra característica de la democracia es la división de poderes: ejecutivo, legislativo y judicial. Uno administra y decide en qué utilizar los impuestos, dentro de un marco legal proveniente de leyes de poder legislativo. Y el poder judicial determina cuándo el poder ejecutivo o legislativo viola con decretos o leyes la Constitución, base de la democracia. Sin el contrapeso y respeto entre los poderes no hay democracia.

Esa explicación, que debería aprenderse desde la primaria en un país democrático y civilizado, la parecen ignorar o pasar por alto no solo el presidente y los legisladores del actual gobierno, también muchos electores, al no darse cuenta que debilitar la división de poderes es debilitar la democracia y acercarnos a la dictadura.

No hay ningún ejemplo en América donde la concentración del poder en una persona resuelva sus problemas sociales y genere más seguridad, inversión, empleos, crecimiento, reduzca la corrupción y la pobreza. 

Los resultados de las próximas elecciones pueden acercar a México a la dictadura, si se consolida el control del poder legislativo por el ejecutivo. Y alejarnos de la dictadura, si el partido en el poder pierde el control del poder legislativo.  Una real división de poderes es un factor determinante para no caer en dictadura, que justifica una elección “democrática”, que da poder al ejecutivo para terminar con la democracia. 

Por Luis Pazos / Twitter: @luispazos1 / Mail: lpazos@prodigy.net.mx
Profesor de Economía Política

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