El destino nos alcanzó y la tecnología llegó al balompié mexicano para quedarse. De modo que, el video arbitraje (VAR por sus siglas en inglés) se estrenó en la fecha 13 del Apertura 2018. Fue en el partido Atlas vs. Veracruz y el encargado de dirigir el encuentro, escribiendo su nombre en los anales de  la historia, fue el silbante Adonaí Escobedo.

Aunque el novedoso sistema funcionó bastante bien a lo largo de la jornada, inició con el pié izquierdo; toda vez que, la primera jugada en la que se utilizó, en mi opinión, no era de VAR.

Como ya lo hemos explicado en otras ocasiones, para que se revise una jugada se necesita tratarse de una situación “Pegii” (Penal, Expulsión, Gol. Incidente grave no observado por el árbitro e Identidad confusa de jugadores).

Pero “Pegii” es solamente uno de los dos ingredientes indispensables para que una jugada sea susceptible de revisión. El segundo ingrediente es: “Eco”; es decir, que se trate de un Error claro y obvio por parte del silbante. Es entonces cuando nace la “ecuación de Lalo Brizio”: (Peguii) + (Eco) = VAR.

En la jugada que hoy nos ocupa, la primera en la historia del futbol nacional, Adonaí había ya señalado tiro de esquina ante la barrida de Luis Caicedo, defensor de los escualos, sobre Juan Pablo Vigón, atacante rojinegro. La entrada en principio parecía limpia; sin embargo, cuando la revisaron (en el camioncito) los encargados del VAR, le recomendaron a Adonaí que la observara en el monitor… y ahí estuvo la “tarugada”.

Adonaí Escobedo, luego de ver la jugada en la pantalla, ante el estupor generalizado, decidió conceder la, inexistente, para mi gusto, pena máxima. Afortunadamente “Dios es árbitro” y el disparo desde los once metros fue errado por Duque o atajado por el cancerbero peruano Pedro Gallese, como usted lo prefiera.

En general, tengo la convicción de no discutir si fue bien o mal marcado un penal que se falló, porque lo encuentro esteril; no obstante, dada la importancia histórica de marcación, me tomo el atrevimiento de afirmar que, admitiendo sin conceder, puede ser que la jugada en cuestión haya sido polémica; pero nunca un error claro y evidente del silbante.

Parece que el VAR “nació con mala suerte”. Lo digo porque la primera vez que se utilizó en el Mundial de Clubes, la jugada que “escogieron” para estrenarlo generó muchísima inconformidad, porque antes de aclarar las cosas y ser recibido con beneplácito por la gran familia balompédica mundial, fue motivo de mofa y escarnio, hasta que llegó la Copa del Mundo, Rusia 2018  en donde se sacaron la espina.

El VAR no está diseñado para ser un detector de faltas, tampoco para dirimir diferencias en jugadas polémicas; sino, para, una vez encontrado un yerro manifiesto de los nazarenos, poder dar marcha atrás, para que nuestro querido deporte gane en…. Credibilidad y justicia.

Reglas y reglazos
Eduardo Brizio
ebrizio@hotmail.com

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