Todos los que tenemos el privilegio de radicar en la hermosa ciudad de Cuernavaca, vemos con tristeza como han desaparecido poco a poco a través de los años, aquellas características propias de la ciudad que nos vio nacer o que nos recibió con los brazos abiertos cuando decidimos que esta ciudad seria nuestra residencia definitiva.
Recordamos la Cuernavaca tranquila, apacible y serena que todos disfrutamos en nuestra juventud, en donde pasear por sus calles era algo maravilloso, porque disfrutabas de gente tranquila y amigable, de visitantes curiosos y amables y sobretodo de la belleza no solo de su tranquilidad, sino de su entorno natural lleno de árboles típicos de la región y de flores por doquier. La bugambilia es un arbusto colorido que adornaba notoriamente las fachadas de las casas en Cuernavaca y que aun cuando no es originario de esta tierra, fue adoptado de manera natural por el excelente clima de la zona y se convirtió en el elemento más representativo de “Cuernavaca la ciudad de la eterna primavera”.
Hoy día, una gran parte de las personas que nacimos o radicamos en Cuernavaca, estamos preocupadas por la situación en que se encuentra nuestra ciudad, principalmente su centro histórico; abandonado o ampliamente disminuido el uso habitacional, el comercio formal ocupando las grandes casonas representativas de Cuernavaca, o desapareciendo para dar paso a nuevos edificios comerciales sin identidad, el comercio informal creciendo de manera descomunal por todo el centro histórico sin respetar normas ni autoridad alguna, y sobre todo, un incremento nunca antes visto de inseguridad en todas las calles de la ciudad.
Lo anterior se refleja en una disminución considerable de ocupación adecuada del suelo urbano, lo que trae consigo una disminución de una actividad económica rentable; atrás en el tiempo quedo aquella Cuernavaca considerada como un ícono nacional en los años 30’s a los 60’s, paulatinamente nuestra Cuernavaca se ha ido empobreciendo en su grandeza social, arquitectónica, turística y comercial, sólo por señalar algunos temas.
Volver a reactivar nuestro centro histórico y nuestra ciudad, es una tarea titánica y aunque todos sabemos que es urgente su realización, son pocos los interesados en enfrascarse en esta importante tarea. Se requiere además del interés ciudadano, el interés gubernamental, ya que se tienen que realizar no pocas sino muchas y variadas acciones. Embellecer las principales calles del centro histórico es una actitud notable de las autoridades, que no se había realizado en toda la historia de la ciudad; sin embargo, el proyecto debe ser integral, que tome en cuenta mejoras en la infraestructura básica tan deteriorada por el paso de los años (agua potable, drenaje, energía eléctrica), dotar de equipamiento y servicios básicos para la actividad comercial y sobre todo, generar las condiciones óptimas de habitabilidad para que regrese la vida al centro histórico, muerto a partir de las 9 de la noche, con excepción de los bares que se han incrementado con la complacencia de las autoridades.  
En los últimos años se han presentado acciones de reconversión urbana en la ciudad, llegando a tocar algunas calles del centro histórico, en donde se tiran antiguas casas tradicionales, para dar paso a usos comerciales, apareciendo plazas comerciales en donde el mayor atractivo es vender y que circule el dinero sin importar el deterioro de la imagen urbana tradicional de Cuernavaca.
No solo en el aspecto comercial se ha aprovechado la reconversión urbana, en muchas partes de la ciudad han aparecido y siguen apareciendo grandes edificios con uso habitacional, aprovechando en el mejor de los casos, las normas técnicas de redensificación que promueve la SEDATU en los programas de desarrollo urbano locales; el programa de desarrollo urbano de Cuernavaca es un documento técnico que permite a las autoridades locales, otorgar con discrecionalidad los incrementos de densidad que aparecen constantemente. Muchos de estos grandes edificios no cuentan con autorizaciones, sin embargo, la apatía de las autoridades los promueve y se desarrollan por toda la ciudad, generando grandes problemas a la zona en donde se ubican, porque la infraestructura instalada no puede soportar los incrementos en los requerimientos de los servicios y se presentan problemas como falta de agua, drenajes rotos por sobresaturación, calles congestionadas por exceso de vehículos circulando, etc.  
Como se pode apreciar la tarea no es fácil, ya que por un lado queremos que nuestra ciudad y principalmente nuestro centro histórico, resurja de manera pujante a una nueva etapa de desarrollo, que nos regrese a la antigua gloria que puso a Cuernavaca en el pensamiento de propios y extraños a nivel nacional e internacional, y por otro lado tenemos temor fundado de que una mala decisión gubernamental o la omisión de decisiones, nos lleve a procesos extensivos de reconversión urbana con políticas de redensificación mal planeadas, que destruyan las pocas muestras que quedan del antiguo esplendor construido de Cuernavaca, muchos edificios del Cuernavaca antiguo han desaparecido o están a punto de desaparecer para dar paso a plazas comerciales sin identidad o a conjuntos habitacionales densamente poblados.
Es obligación de los grupos de profesionales de la arquitectura y la ingeniería, así como de la población en general, levantar la voz cuando se detecten incongruencias en el entorno urbano, así como involucrarnos en el análisis serio de las normas técnicas vigentes y futuras en materia de desarrollo urbano, para lograr  lo mejor para Cuernavaca, que sea factible, que no dañe su entorno ni su historia y de esta forma poder salvar la poca muestra construida del antiguo esplendor de la “Ciudad de la eterna primavera”, porque Cuernavaca es de todos.    

Por: “Academia Nacional de Arquitectura Capítulo Morelos A.C.”   /  opinion@diariodemorelos.com

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