Visiblemente nervioso reapareció el alcalde de Cuautla, Jesús Corona, en la Ceremonia Cívica Oficial por el “Día de la Bandera” que se realizó ayer en la Plaza y Fuerte de Galeana, tras el escándalo que lo vincula con el crimen organizado.
Corona Damián, consciente de la polémica que lo rodea, limitó su participación a lo mínimo indispensable. Tras finalizar el acto, se tomó algunas fotografías con estudiantes antes de retirarse apresuradamente, evitando responder las preguntas directas de la prensa y respondiendo “estamos firmes, que las autoridades investiguen”.
El fuerte dispositivo de seguridad que lo escoltó dejó en claro que el alcalde no sólo le teme a las preguntas incómodas, sino también a las consecuencias de su aparente cercanía con el crimen organizado.
Hasta ahora, la única respuesta oficial de Jesús Corona sigue siendo un tibio comunicado en el que se refugia en frases genéricas sobre “transparencia y honestidad”, sin ofrecer una explicación real ni negar su reunión con Júpiter Araujo Benard, alias “El Barbas”.
Su silencio no sólo genera sospechas, sino que también demuestra su incapacidad para enfrentar las exigencias de una ciudadanía harta de la violencia y de autoridades que, en lugar de combatirla, parecen formar parte del problema.
