Según los recientes datos del INEGI, 3 de cada 4 mexicanos se sienten inseguros en la ciudad en la que viven.
El dato no es solo percepción, sino que también encuentra sustento en los resultados oficiales de incremento en la actividad delictiva, dado que las cifras que el Sistema Nacional de Seguridad Pública reportan, es que este primer semestre de 2019, ha sido el más violento desde que esta medición existe de más de una década.
Todos deberíamos imaginarnos que esta situación crítica, sustentada en datos duros y oficiales, deberían encontrar como respuesta natural y hasta estratégica del gobierno federal, acciones coordinadas con el organismo protector de los derechos humanos, para no abandonar a quienes están siendo los más afectados en sus derechos fundamentales ante esta espiral de violencia e inseguridad en la que estamos; lo real es que no ha sido así, más bien, la reacción del gobierno mexicano ha sido al revés. Veamos…
Se le han ido a la yugular a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), en su autonomía y el papel que desempeña para el Estado mexicano; este organismo autónomo, precisamente por los embates recibidos, se quejó ante el Instituto Internacional del Ombudsman, declarando así, como “lamentables descalificaciones y comentarios pronunciados por el Gobierno de México” en contra de la CNDH.
El pleito entre el Gobierno Federal con los organismos constitucionales autónomos es constante, como también lo es ese estilo de cooptar o descalificar a quienes discrepan; pasando por el disfraz de “se acabará con el viejo régimen”, cuando en realidad están desmantelando o haciéndose, de cualquier instancia de equilibrio o contrapeso que se interponga a sus intereses.
No puede pedirsele “tomar partido” a la CNDH o al INEGI, su función es documentar cifras soportadas en la realidad, no encajar en la teoría del “yo tengo otros datos”.
Es muy grave lo que está aconteciendo en cuanto a la inseguridad, pero doblemente grave es que estén pensando que el remedio es “tomar partido” y a la par, exterminar a instituciones profesionalizadas. De la sociedad civil organizada en materia de seguridad, mención a parte; quienes han levantado la voz, se les ha descalificado de “estar al servicio de la mafia del poder” o de haber “recibido apoyos de gobiernos anteriores”, como si esto último, les restara función social o los haya detenido de criticar políticas de gobiernos anteriores.
Vayamos viendo las circunstancias con mayor sensatez; no se trata de “tomar partido” siendo analistas de los temas públicos, como el propio Presidente de la República pidió en la conferencia del día de ayer; de lo que se trata es de no apartarse de la realidad y como sociedad, no dejar de señalar errores de quienes toman decisiones de carácter gubernamental: sensibilizar para corregir.
El Gobierno Federal esta para dar resultados, no para invitarnos a tomar partido; tolerar la crítica constructiva como el más sincero de los deseos, para que hagan una buena función de gobierno, ya que de nada les sirvirá que periodistas y comunicadores “tomen partido”, cuando los propósitos políticos a la gente no le importan y en cambio si, la sociedad esta urgida de resultados.

Guillermo Amerena Betancourt
amerenaguillermo@gmail.com

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