Zapopan.- El mundo de la música regional mexicana se encuentra de luto tras el asesinato del cantante Ernesto Barajas Serrano, vocalista, fundador y director de la agrupación Enigma Norteño. El ataque armado ocurrió la tarde del martes 19 de agosto en una pensión de autos ubicada en la colonia Mariano Otero, en los suburbios de Guadalajara, dejando un saldo de dos muertos y una joven herida. Según las autoridades, el crimen podría estar ligado a las controvertidas letras de sus narcocorridos, un género que ha generado polémica por su cercanía con el mundo del crimen organizado.

Barajas, de 38 años y originario de Culiacán, Sinaloa, era una figura emblemática del regional mexicano. Fundó Enigma Norteño en 2004 junto a Humberto Pérez, cuando apenas tenía 18 años, y rápidamente se posicionó como un referente de los narcocorridos, canciones que narran las hazañas de figuras del narcotráfico. Temas como "Mayito Gordo", "Los Lujos del R" y "El Señor Iván" acumularon millones de reproducciones en plataformas como Spotify, donde la banda supera los cuatro millones de oyentes mensuales. Además de su carrera musical, Barajas era empresario, productor y conductor del podcast "Puntos de Vista" en YouTube, donde entrevistaba a colegas como Gabito Ballesteros y Roberto Tapia.

Fuera de los escenarios, llevaba una vida familiar discreta: estaba casado con Alexis Sillas, con quien tenía dos hijos, Ernesto Jr. y Alix Emilia, y solía compartir momentos cotidianos en redes sociales, como su entusiasmo por el lanzamiento de "Hello Kitty", su última colaboración con Edgardo Núñez, publicada apenas el 14 de agosto.

El fatídico día, Barajas se encontraba en la pensión de autos, aparentemente para recibir cuatro vehículos enviados desde Sinaloa. Testigos relataron que dos hombres armados llegaron en una motocicleta y dispararon directamente contra la camioneta donde estaba el cantante, acompañado por su compadre y miembro de su staff, José María Cervantes Quintero, y una joven de 18 años. Barajas y Cervantes murieron en el lugar por múltiples impactos de bala en cráneo, abdomen y tórax, mientras la mujer resultó herida en una pierna y fue hospitalizada en estado grave.

La escena fue acordonada por la Policía de Zapopan, y peritos de la Fiscalía estatal recolectaron al menos ocho casquillos percutidos. Hasta el momento, no hay detenidos, pero las autoridades analizan videos de cámaras del C5 estatal y particulares para rastrear la ruta de escape de los agresores.

¿Cuál fue la causa de su muerte?

La Fiscalía de Jalisco, encabezada por el fiscal Salvador González de los Santos, ha descartado por ahora que el homicidio esté relacionado con la disputa entre facciones del Cártel de Sinaloa, como "La Chapiza" y "La Mayiza". En cambio, apunta a que el móvil podría radicar en las letras de las canciones de Barajas, que exaltaban figuras del narcotráfico y podrían haber ofendido a grupos rivales.

"Se había mudado a Jalisco hace menos de un año por la inseguridad en Sinaloa", declaró el fiscal en conferencia de prensa, agregando que Barajas vivía en la entidad con su familia en busca de mayor tranquilidad.

Los vehículos asegurados en la escena –de gama media y con placas de Sinaloa, sin reporte de robo– están siendo investigados para determinar su origen y posibles vínculos.

Este no era el primer roce de Barajas con el peligro. En julio de 2023, una narcomanta atribuida al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) apareció en Baja California, advirtiéndole que no se presentara en la Feria de Rosarito por sus supuestos lazos con los hermanos Alfonso y René Arzate García, conocidos como "Aquiles" y "La Rana", presuntos jefes de plaza del Cártel de Sinaloa en Tijuana. "Ernesto Barajas, vocalista de Enigma Norteño, deja de sentirte protegido por las hermanas Aquiles y Rana, aquí no vas a venir a cantar corridos de tu bandera. La Baja tiene dueño. Atte CJNG", rezaba el mensaje, lo que llevó a cancelar el concierto por recomendación de las autoridades.

En agosto de 2024, otra amenaza similar obligó a suspender un show en Guadalajara.

Barajas siempre negó vínculos directos con el crimen organizado, aunque admitía componer corridos por encargo, cobrando hasta 400 mil pesos por pieza, y aseguraba evitar ofender a "otros bandos".

Sin embargo, la banda ya había sufrido pérdidas: en 2012, su baterista José Baldenegro fue secuestrado y asesinado, lo que los hizo contemplar el retiro.

El asesinato de Barajas se inscribe en un contexto más amplio de violencia contra artistas del regional mexicano, exacerbada por los narcocorridos. En México, donde se registran alrededor de 30 mil homicidios anuales, varios estados como Chihuahua y Sinaloa han prohibido este género en eventos públicos por su potencial para incitar conflictos entre cárteles.

La presidenta Claudia Sheinbaum ha impulsado una campaña para transformar las letras de estos corridos, promoviendo narrativas positivas y excluyendo referencias al narcotráfico.

Expertos como el periodista de narcotráfico Javier Valdez (asesinado en 2017) han criticado cómo estos temas reflejan y perpetúan la realidad violenta del país, aunque defensores argumentan que son un espejo social.Reacciones no se han hecho esperar. Artistas como Beto Sierra y Luis R. Conriquez expresaron condolencias en redes sociales, destacando el legado de Barajas.

En X (antes Twitter), usuarios debaten los riesgos del género, con posts lamentando que "cantar narcocorridos sea una sentencia de muerte".

La familia de Barajas aún no ha recibido el cuerpo, y la investigación sigue abierta, con la Fiscalía prometiendo exhaustividad para capturar a los responsables.

Este caso subraya la delgada línea entre arte y peligro en un México donde la música y el narco se entretejen trágicamente. Mientras la Fiscalía avanza, la pregunta persiste: ¿fue el precio de sus letras el que selló su destino?

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