Jonathan, un infante de 9 años que tiene cáncer terminal, cumple su sueño de conocer el mar.
Al llegar a Mazatlán, de inmediato les dijo a sus padres, María Magdalena Venegas y Juan Carlos Mondragón, que lo llevaran al mar. Al mirarlo se emocionó y corrió al encuentro de las olas, explica su madre con la voz entrecortada.
Con su débil voz, Jonathan comento que le gustó la playa. Hace una pausa regresa a ver el mar y dice: “Está el agua calientita”.
El niño es originario de Ocampo, Michoacán, municipio que protege el santuario de la mariposa monarca y desde este paraíso siempre deseo conocer el mar tras verlo en una imagen que guardan sus padres de un viaje que hicieron.
"Él siempre me decía, quiero ir a la playa, conocer el mar, comenta su mamá."
Tras el diagnóstico de los doctores de que ya no se puede hacer nada, los familiares, amigos y vecinos realizaron rifas para obtener recursos y cumplir el sueño del niño.
Dios va a decidir.
María Magdalena destaco que los médicos podrán desahuciar a su hijo, pero quien tiene la última decisión es Dios.
“Tenemos fe y mi niño es un guerrero. Tiene el cariño de toda su familia y amigos, y aún no se ha dicho la última palabra. Dios ha permitido que en familia y reunidos con amigos estemos en este paraíso que es Mazatlán.” Agrego que su hijo “rompe corazones” y desde que subió al vuelo ha obtenido muestras de cariño.
En Mazatlán, le cantó Julio Preciado, dio un paseo en pulmonía, pudo comer mariscos en un restaurante y recibió la casaca del equipo de béisbol Venados.
"Mi hijo está feliz, muy feliz, y esto no tiene precio, recalcó la mamá de Jonathan. Hay momentos que el niño se estresa pero ve el mar, se relaja y vuelve a sonreír."
La lucha sigue.
La señora Magdalena comparte que el 18 marzo les cambió la vida, fecha en que el niño comenzó su lucha contra el cáncer. Han sido meses de operaciones, tratamientos y el niño se agravó e ingresó a terapia intensiva. El dictamen médico es que no iba a superar la enfermedad, “pero, contrario al diagnóstico, sigue de pie”, relata.
Añadió que la lucha no ha concluido, y con las ganas de vivir que tiene Jonathan y las oraciones de todos, esperan un milagro.