Ex trabajadores jubilados de la Secretaría de Protección y Auxilio Ciudadano (SEPRAC) paralizaron la capital morelense al bloquear la avenida Morelos Sur y la calle Nezahualcóyotl para exigir su reincorporación al Instituto de Crédito para los Trabajadores al Servicio del Gobierno del Estado, un derecho que el Ayuntamiento de Cuernavaca les ha negado por años.
Desde temprano, la ciudad se convirtió en un caos vial, no sólo por la protesta de los extrabajadores, sino por la suma de errores y omisiones de la administración municipal, que mantiene abiertas obras en la calle Humboldt a cargo del SAPAC y que no ha sido capaz de prever ni dar soluciones de movilidad. El resultado fue un colapso total en la circulación, con largas filas sobre la avenida Morelos en ambos sentidos y tráfico pesado sobre el bulevar Benito Juárez rumbo al norte.
Los manifestantes acusaron que desde hace más de tres años han solicitado al alcalde José Luis Urióstegui Salgado una solución, sin obtener una respuesta seria. Recordaron que en administraciones pasadas el ayuntamiento descontaba a los policías el 2.25 por ciento de su salario para aportarlo al Instituto de Crédito, pero nunca transfirió los recursos, lo que provocó un rezago millonario y dejó a cientos de jubilados sin acceso a préstamos ni a las prestaciones que les correspondían por ley.
En la protesta participaron más de 80 jubilados, aunque señalaron que en realidad son más de 400 los afectados por esta negligencia. Advirtieron que no se retirarán hasta que el gobierno municipal reconozca su responsabilidad y garantice la restitución inmediata de sus derechos. 
La protesta dejó en evidencia una vez más la incapacidad del ayuntamiento para atender demandas laborales legítimas, así como su indiferencia frente al colapso de la movilidad en la ciudad. Mientras tanto, la ciudadanía carga con las consecuencias de una administración que no resuelve conflictos.
Al caos vial por bloqueos y las obras mal hechas, se sumó otro ingrediente más a la falta de planeación del Ayuntamiento. Aunque la Feria de Tlaltenango concluyó la noche del lunes 9 de septiembre con gran afluencia de visitantes, la celebración cerró de nueva cuenta con una problemática recurrente: la acumulación de basura en la Avenida Emiliano Zapata. Más de 500 puestos ambulantes fueron retirados sin que hubiera un operativo inmediato de limpieza, lo que dejó plásticos de un solo uso, restos de comida y desechos sólidos a lo largo de la vía.

Alfa Peñaloza /  alfa.pealoza@diariodemorelos.com 
 

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