El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, sorprendió al país al anunciar que las festividades navideñas comenzarán el 1 de octubre. Este inusual adelanto fue comunicado durante su programa de televisión, en un contexto de profunda crisis política y social. La decisión se produjo pocas horas después de que la Fiscalía ordenara la detención del candidato opositor Edmundo González Urrutia, acusado de delitos relacionados con el terrorismo.
Maduro justificó su decisión diciendo: “Está llegando septiembre y dije: septiembre y ya huele a Navidad. Y por eso este año en homenaje a ustedes, en agradecimiento a ustedes, voy a decretar el adelanto de la Navidad para el 1 de octubre. Para todos y todas llegó la Navidad, con paz, felicidad y seguridad”.
La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) respondió asegurando que la Navidad es una celebración universal que inicia el 25 de diciembre y llamó a no utilizarla para fines “propagandísticos ni políticos particulares”. Tras los comicios del 28 de julio, la CEV también instó a respetar el voto del pueblo y se solidarizó con quienes “viven la angustia de no conocer la ubicación de los detenidos”.
Mientras tanto, la comunidad internacional continúa mostrando su respaldo a González Urrutia, con llamados a garantizar su libertad y seguridad. Analistas sugieren que el adelanto de la Navidad podría ser una estrategia de Maduro para desviar la atención de la situación política y económica del país, y para fortalecer su base de apoyo mediante la distribución de ayudas y productos básicos durante las festividades.