Las celebraciones invernales han llevado consigo no solo alegría sino también peligros, como lo evidencian dos incidentes lamentables en Sinaloa, donde niños resultaron gravemente afectados por el mal uso de fuegos pirotécnicos.

En la comunidad de Llano Grande, Sinaloa, un niño de 12 años perdió varios dedos de su mano tras la explosión de un cohete con el que estaba jugando. El incidente ocurrió cuando el artefacto pirotécnico explotó en su mano antes de ser lanzado, causando daños severos. El menor fue trasladado de emergencia al Hospital General de la ciudad de los Mochis, donde se determinó la pérdida de falanges en tres de sus dedos, requiriendo intervención especializada para su reconstrucción.

En otro incidente, en Mazatlán, un niño de seis años, identificado como Roberto "N", sufrió quemaduras graves en una de sus piernas mientras jugaba con "cebollitas". Al guardar estos artefactos pirotécnicos en una bolsa de su pantalón, una chispa alcanzó el lugar, provocando quemaduras de tercer grado. Inmediatamente fue atendido en el Hospital General de Mazatlán, donde recibió las primeras curaciones. Gracias a la intervención del Club Shriner de Mazatlán, el niño fue trasladado vía aérea a una clínica especializada en Sacramento, California, para recibir atención de especialistas.

Estos incidentes subrayan la peligrosidad de los fuegos pirotécnicos, especialmente para los menores de edad sin supervisión adecuada. Es esencial recordar la importancia de la seguridad durante las festividades y tomar precauciones para evitar tragedias similares.

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