Cuernavaca.- La pandemia provocada por COVID-19 ha traído como consecuencia una problemática ambiental seria en el mundo, esta derivada, entre otras, por el uso obligatorio de cubrebocas.

Un estudio publicado por la revista científica Heliyon mencionó que se estima que 3,400 millones de cubrebocas de un solo uso son desechados todos los días.

En nuestro país, consideran que 81 millones 227 mil 634 cubrebocas son desechados diariamente, según la estimación del estudio sobre contaminación por COVID-19 ‘Impacto de la pandemia de COVID19 en la huella global de residuos plásticos’. 

Preocupado por esta situación, el joven morelense Alonso Gaviño Quero pensó en un proyecto para evitar se le dé un mal destino a los cubrebocas tras su vida útil, y que estos terminen tirados en la calle, bosques, ríos o incluso en los océanos.

“La mayoría de las personas no se detienen a depositarlo ni siquiera en un bote de basura; a veces acaban tirados en la calle, olvidados en lugares públicos, y lo más peligroso, a veces gente sin escrúpulos los vuelve a vender.

“Desde el punto de vista de sustentabilidad ambiental es un elemento de alto impacto; por lo que se tienen que tomar acciones inmediatas para su adecuada disposición. A largo plazo va a tener un impacto tan grande como el unicel u otros plásticos no degradables”, publicó el joven en sus redes sociales.

Es por eso que Alonso, quien cursa el tercer año de secundaria, propone darle un uso adecuado a los cubrebocas después de su ciclo de vida, y evitar que dañen al medio ambiente.

“Mi propuesta es fabricar un contenedor en el cual se pueda disponer de este desecho de manera correcta, para esto el contenedor tiene que tener una capacidad mínima de 20 kilos,  estar debidamente señalizado para identificar que solo es para el depósito de cubrebocas.

“No basta con tener un contenedor, estos tendrán que colocarse en zonas estratégicas por toda la ciudad, como plazas comerciales, mercados, escuelas, etc, para que una empresa de disposición de desechos biológicos los lleve a incinerar”, agregó.

Sin embargo, el joven de 15 años de edad espera que tanto autoridades como iniciativa privada lo ayuden a llevar a cabo dicho proyecto y se encarguen de la logística, producción, colocación y transporte de los contenedores.

"Durante estos dos años hemos tenido que utilizar un cubrebocas, los cuales son un objeto que, una vez terminada su vida útil, se convierte en un desecho peligroso.” Alonso Gaviño Quero, estudiante.

Por: Diego García Cruz

diego.garcia@diariodemorelos.com

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