Medalla Guadalupana de Juan Álvarez de 1835. poder regional tan importante que en 1849 impulsó la creación del Estado de Guerrero del cual fue nombrado gobernador interino, y en 1850 triunfó en las primeras elecciones para ser el primer gobernador constitucional del estado. El 27 de diciembre de 1922, sus restos fueron trasladados con honores a la Rotonda de los Hombres Ilustres en Ciudad de México. Por decreto oficial del Estado de Guerrero del 15 de diciembre de 1999, después de diversos estudios e investigaciones que justifican la no existencia de la letra “N” en su nombre, basándose en documentos firmados por el general y político Juan Álvarez, en familiares directos, se decreta; “Rectificar el nombre de Juan Álvarez Hurtado, sin la letra “N” intercalada entre el nombre de pila y apellidos, impuesto y colocado en edificios públicos, vialidades, monumentos, instituciones educativas y todos aquellos lugares públicos que llevan dicho nombre”. ¡Hasta la próxima!

Fue un 12 de diciembre de 1855, hace 168 años, cuando Don Juan Álvarez entregó la presidencia de México. Y no fue casualidad, era el día de la Virgen de Guadalupe, un mero simbolismo para dejar ese día la presidencia en manos de la Virgen. Álvarez era un ferviente guadalupano, siempre usó una medalla de la Virgen fechada en 1836 y hasta el final de sus días, medalla que -aparte de la herencia documentada- dejó a su hijo adoptivo Ignacio Oliveros, tatarabuelo de quien esto escribe.

Desde esos tiempos ya había en México un guadalupanismo acendrado. Hidalgo, Morelos, Iturbide, y el propio Juárez eran devotos de la Virgen.

Juan Álvarez fue fundador y gobernador de Guerrero, se alió con Ignacio Comonfort y con otros liberales desterrados y radicados en Nueva Orleans los cuales proclamaron el Plan de Ayutla el 1º de marzo en 1854 en Ayutla. Este Plan se creó principalmente para poner fin a la dictadura de Antonio López de Santa Anna. Y como sucedió, al triunfo de la Revolución de Ayutla, Santa Anna renuncia y huye del país, y en Cuernavaca se reúne una junta de destacados representantes políticos que eligieron a Álvarez como nuevo presidente de México. Así, Cuernavaca fue capital de la República y aquí, gobernó el país durante tres meses, solo tres meses que cambiaron la historia de nuestro país, dándole orden y nuevas leyes después del caos que reinó desde la Independencia, y fue en esta ciudad porque aquí se había proclamado un edicto que apoyaba al tirano Santa Anna.

En un acto simbólico, el 4 de octubre de aquel año, fue nombrado presidente de la República. tomó protesta en el predio que entonces era plaza de toros y palenque de gallos, donde hasta hace poco estaba el Colegio Santa Inés con acceso en la rinconada del “Jardín San Juan”. Durante su gobierno, Álvarez expidió la Ley Lerdo sobre la venta a particulares de las propiedades rurales de la Iglesia Católica y de las corporaciones civiles, esto, con el fin de fomentar la actividad económica. Y la Ley Juárez; Que prohibió que en los tribunales militares y eclesiásticos se juzgaran asuntos civiles o seculares. Con estas leyes los mexicanos se dividieron en dos bandos irreconciliables; Los Rojos es decir los Liberales; y los Mochos, los Conservadores. El gabinete de Álvarez, estaba formado por Melchor Ocampo, en relaciones exteriores; Ponciano Arriaga en gobernación; Benito Juárez en el de justicia; Guillermo Prieto en hacienda e Ignacio Comonfort en el de guerra. Un gabinete liberal de los llamados puros, inclinados y propensos a cambios radicales”. Álvarez también lanza la convocatoria para la conformación de un Congreso Constituyente que se encargara de elaborar una nueva Constitución Mexicana, la de 1857, con la cual la Iglesia se preparara para oponer una resistencia armada, la Guerra de Tres Años. Él, es el verdadero ideólogo de “La Reforma” que después Juárez materializó al sustituir a Comonfort.

Su gobierno fue fugaz pero brillante. En los escasos tres meses que gobernó desde Cuernavaca tomó medidas que cambiarían el destino de México. Participó también en la segunda intervención francesa.

Don Juan Álvarez comenzó a tener problemas de salud y decidió dejar la presidencia, fue en un acto, aquel el 12 de diciembre. Al renunciar expresó: “Pobre entré a la presidencia y pobre salgo de ella; Pero con la satisfacción de que no me pesa sobre mí ninguna censura pública, sé manejar el arado para sostener a mi familia, sin necesidad de puestos públicos, donde otros se enriquecen con el ultraje de la orfandad y el de la miseria”.

Fue héroe de cinco guerras, fue el último caudillo independentista en morir, muy joven participó esa guerra; después en la guerra contra Francia conocida como Guerra de los Pasteles; después en la Guerra contra Estados Unidos.

Álvarez se caracterizaba por ser un cacique liberal -dueño de la Hacienda La Providencia en Atoyac, hoy de Álvarez- tenía un

Las opiniones vertidas en este espacio son exclusiva responsabilidad del autor y no representan, necesariamente, la política editorial de Grupo Diario de Morelos.

Cumple los criterios de The Trust Project

Saber más

Síguenos en Google Noticias para mantenerte siempre informado

Sigue el canal de Diario De Morelos en WhatsApp