Hoy sábado 7 y mañana domingo 8, a las 11 horas es la cita, para poder apreciar a mujeres charras efectuando escaramuzas, será en el “Lienzo El Capote”, en un evento que organiza Armando Betoreti, y con el apoyo de Marcos Suárez y Panchito Rubí lo promueve el grupo “Por el rescate de la Historia y la Crónica de Cuernavaca”. Un espectáculo del Campeonato Regional, con grupos del Estado de México, Guerrero, Tlaxcala, Puebla, Hidalgo y Morelos. Por el rescate de esta tradición, la entrada será gratuita, habrá el acostumbrado bar y antojitos mexicanos.
Hay que asistir y llevar a los hijos y nietos, porque es una práctica que se ha ido perdiendo.
Nos cuenta Octavio Sedano, que: “La charrería formal en Cuernavaca se remonta a 1924 cuando su padre Don Luis Sedano Montes, Don Octavio de la Peña, el coronel Mercado, el Ingeniero Avelar, el Sr. Mendoza, Don Antonio Salinas y Don Carlos Malacara, charros por afición, iniciaron un lienzo -efímeroen Chapultepec, era de madera que donó el Gobernador Refugio Bustamante, pero éste, no la liquidó a la maderería y la empresa fue a desmontarlo y recoger el material.
En 1940 se trasladaron al Barrio torero de Amatitlán,
particularmente en la Estación del Ferrocarril -junto al campo de futboldonde con la ayuda de militares construyeron un lienzo. Sumándose Don Alfonso Castro -El Zorrodueño de la gasolinera que se encontraba frente al lado norte del Palacio de Cortés; Don Chema Muñoz dueño de la gasolinera Las Palmas, y Don Rubén Hernández -todos charrosaportaron recursos y con apoyo al Gobernador Escobar Muñoz construyeron el Lienzo Charro de Buenavista para siete mil espectadores, inaugurado el 17 de mayo de 1952”.
La charrería en las mujeres, se inicia cuando se empezaron a aficionar acompañando a sus papás
y hermanos.
Fue hasta 1953 en la Ciudad de México, en donde las mujeres comenzaron a participar en la charrería en un espectáculo primero conocido como “Carrusel” compuesto por hombres y mujeres, después fueron solamente mujeres, niños y niñas. Nombre, que la Asociación Nacional de Charros le cambio a “Escaramuza”, que consiste en hacer peligrosos cruces, giros y suertes con música de fondo, como “La punta”, “La coladera, La escalera, Los giros donde demuestran la buena rienda de sus caballos, a estas suertes se han agregado las “barrileras texanas”.
Nos cuente Margarita Martín de Montaño que, para
1969 ya estaba organizada la primera escaramuza en Cuernavaca, se presentó en el “Lienzo Charro del Valle de Cuernavaca” -hoy El Capoteparticipaban, María y Yolanda Chazaro, Dorita y Amalia Marín, Meche Alonso, Chey Valverde, Yanina Zarebski y Marilú Tajonar.
En los años ochenta Don Jorge Ruiz Elizondo construyó el lienzo particular “Rancho Cuernavaca” donde sus hijas, Rocío y Anita, hacían prácticas y exhibiciones con otras mujeres que se fueron sumando. Hubo otros lienzos privados con caballerizas, como el del famoso “Charro Francés,” arquitecto Felipe Jardel en pleno centro de la ciudad.
En los años noventa Norma Suárez y Margarita Martin, ya hacían suertes de charrería como las coleadas, fue cuando Margarita fundó la escuela para niños y niñas, cuando la escaramuza era todavía una práctica familiar que se tornó en competencias nacionales en las que ya participaban los grupos “Las Alazanas” y “Las Tlahuicas” formado por Pitti Tabone, Fernanda y Matilde González Buendía, Valeria Coutinho Stackpole, Diana y Paty Mateos, Martha Tajonar, entre otras, la última escaramuza la dieron el 14 de mayo de 1994.
La historia de la charrería se remonta a la primera cría de ganado caballar que instaló Hernán Cortés en Tlaquiltenango, Morelos. Durante la Colonia, los indígenas tenían prohibido montar caballos, no fue fácil permitírselos ni para pasearlos.
Fue hasta el 16 de noviembre de 1619, cuando el Marqués de Guadalcazar, Don Diego Fernández de Córdova, dio el permiso, por mandato del Virrey Luis de Tovar Godínez al padre jesuita Gabriel de Tapia, para que 22 indios pudieran montar a caballo, para cuidar y pastorear más de 100 mil cabezas de ganado mayor y menor de la Hacienda de Santa Lucía, en Pachuca.
Así surge la charrería en las haciendas de Puebla y Estado de México, que toma fuerza en la Nueva Galicia -hoy Estado de Jaliscodonde los hacendados y sus vaqueros hacían gala de su pericia en las faenas del campo.
En 1880 pasó a ser un deporte de exhibición, fue cuando apareció el famoso “Charro Ponciano” -Díaz- de la Hacienda de Atenco en el Estado de Hidalgo, cuyas hazañas narran corridos y canciones, siendo el primero en ejecutar banderillas a caballo, inventada por Ignacio Gadea, quienes, encabezando un grupo, partieron a España en 1889, a dar una exitosa exhibición de charrería y toros al estilo mexicano.
A partir de 1894, los mexicanísimos charros empezaron a dar exhibiciones en América, desde Canadá hasta la Argentina. En 1900 hubo otra expedición a París, Portugal y España.
La Charrería es tema historiadores de poetas, pintores, músicos, y personajes de reconocida cultura, fue declarada “Deporte Nacional” y el 14 de septiembre se instituyó como el “Día del Charro”. Desde el 2016, es reconocida por la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
¡Hasta la próxima!
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