En la coalición PAN-PRI-PRD están explorando la idea de mantenerse no sólo como un bloque opositor en la Cámara de Diputados, sino como una alianza electoral que compita por las 8 gubernaturas que estarán en juego los próximos dos años, según me revelan fuentes de primer nivel involucradas en las conversaciones.

En la Cámara Baja, frente al peligro de que sus rivales intenten quebrar el bloque, los dirigentes partidistas pondrán a dar la batalla como coordinadores de las bancadas a personajes que estuvieron directamente en las negociaciones de la alianza electoral. Por el PRI va Rubén Moreira, brazo derecho del dirigente nacional Alejandro Moreno en esas pláticas; por el PAN va Jorge Romero, que tuvo el mismo papel a la vera del líder nacional Marko Cortés; y por el PRD, el controvertido Luis Espinoza Cházaro, participante al lado de Jesús Zambrano.

La otra batalla son las ocho gubernaturas que se renuevan en los próximos dos años.

En 2022 se eligen seis. De esas, la oposición está calculando que Oaxaca y Quintana Roo quedarían en manos de Morena-PVEM-PT. Por el contrario, Aguascalientes y Durango (mucho más fácil la primera que la segunda) las mantendría la oposición, con abanderados panistas. Las dos restantes son contiendas muy cerradas: Hidalgo, con gobierno priista, y Tamaulipas, con gobierno panista. Ahí estarán a prueba sus procesos de selección de candidatos y su capacidad de coordinarse. Baste recordar que en la elección municipal de este año en Tamaulipas, la división entre panistas y priistas abrió paso para que Morena arrasara.

En 2023 estarán en juego las gubernaturas del Estado de México y Coahuila, que actualmente tiene el PRI. Ambas lucen en este momento muy competidas, pero también hay que tomar en cuenta que faltan dos largos años y no está claro para entonces cómo van a estar evaluados el presidente, su partido, sus aliados y los opositores.

En el Estado de México, la fórmula PAN-PRI-PRD dio buenos dividendos en las elecciones municipales de este mes. Se pudieron coordinar PAN y PRI en la designación de candidatos porque había territorios muy claros. En 2023 tendrían que ponerse de acuerdo en una sola candidatura a gobernador. Nada fácil, considerando la mala relación de las figuras principales del PRI y el PAN en la entidad: el gobernador Alfredo Del Mazo y el presidente municipal de Huixquilucan, Enrique Vargas.

En Coahuila, que el PRI presumía como su “caso de éxito” porque arrasó en las elecciones locales de 2020 llevándose 16 de los 16 distritos locales, la cosa se complicó este 2021: Morena casi duplicó la votación que obtuvo el año pasado.

Haga sus cuentas.

SACIAMORBOS

Karma, que le dicen. Morena, si brinca las impugnaciones, se quedará con el gobierno de Campeche. De ahí fue gobernador hace un par de años el actual dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno. Si Morena quiere “apretarlo”, podrá hurgar en expedientes de su gestión. Sólo tiene un “problemita”: la futura gobernadora morenista de Campeche es Layda Sansores, hasta hace unos meses alcaldesa de Álvaro Obregón… que quedó en manos de la alianza PAN-PRI-PRD y que también podrá hurgar en expedientes de su gestión.

Por: Carlos Loret de Mola A. / carlosloret@yahoo.com.mx


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