Roberto Servitje Sendra, uno de los cofundadores de Grupo Bimbo, falleció este jueves 17 de julio a la edad de 97 años. Considerado “el primer empleado” de la panificadora más grande del mundo, Servitje murió el mismo día en que la empresa anunciaba una inversión de 2 mil millones de dólares en México para consolidar su producción en siete estados clave.
Nacido en la Ciudad de México en 1928, ingresó a Bimbo con apenas 17 años como supervisor de ventas. Fue el responsable de crear el Departamento de Vehículos y, en 1954, lideró la apertura de la división Occidente en Guadalajara, impulsando el crecimiento hacia León y San Luis Potosí y estableciendo una nueva planta en 1956.
En 1969 viajó a Boston, donde se graduó del programa de Gestión de Programas en la Universidad de Harvard. Al regresar ocupó el puesto de subdirector de la organización, y en 1978, Grupo Bimbo ya contaba con 13 fábricas. Un año después se le nombró director general, y en 1990 asumió la presidencia ejecutiva, escalando a 50 empresas operadoras bajo su liderazgo.
En 1994 fue elegido presidente del Consejo de Administración, posición que mantuvo hasta 2013, año en que se retiró formalmente. Durante su trayectoria, contribuyó a convertir a Grupo Bimbo en una multinacional presente en América, Europa, Asia y África .
Al conocerse la noticia, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, expresó su pesar a través de redes sociales, destacando su carácter propositivo y compromiso con México. También amigos y religiosos lamentaron el fallecimiento del empresario, resaltando su enfoque en la Doctrina Social de la Iglesia y su legado humano y empresarial.
Cabe destacar que, pocas horas antes de informar su muerte, la compañía anunció una inversión por 2 mil millones de dólares en México para el periodo 2025‑2028, destinada a modernizar más de 30 plantas, ampliar su flota vehicular eléctrica y generar miles de empleos directos e indirectos.
Roberto Servitje deja un legado marcado por la visión empresarial, la innovación en logística, el liderazgo estratégico y el desarrollo sostenible. Fueron décadas de contribuciones a una marca emblemática que hoy es sinónimo de pan mexicano en el mundo.

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