El estrés y la diabetes están estrechamente relacionados, influyéndose mutuamente. Por un lado, el manejo constante de la diabetes—incluidos control de glucosa, dieta y medicación—puede generar elevados niveles de estrés. A la inversa, el estrés emocional también puede empeorar el control glucémico, elevando niveles de azúcar e incluso la hemoglobina glicosilada (HbA1c).
¿Cómo afecta el estrés a la diabetes?
Alteración en el estilo de vida
El estrés puede fomentar hábitos poco saludables como mala alimentación, sedentarismo, tabaquismo o consumo excesivo de alcohol. Todos estos comportamientos elevan el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2
Desequilibrios hormonales
El cortisol —la hormona del estrés— impulsa la producción de glucosa, dificultando la acción de la insulina y elevando el nivel de glucosa en sangre. Esto favorece la resistencia a la insulina, un factor clave en el desarrollo de diabetes tipo 2
Respuestas del sistema inmunitario
El estrés crónico puede desencadenar reacciones inmunológicas similares a las observadas en el inicio de la diabetes tipo 2
¿Cómo reconocer el estrés que impacta al control glucémico?
Se recomienda llevar un registro del nivel de azúcar en sangre junto con el estado emocional del individuo. Esta bitácora facilita el análisis por parte del profesional de salud, para determinar si las subidas glucémicas se relacionan con situaciones de estrés
Estrategias para reducir el estrés y mejorar el manejo de la diabetes
El manejo del estrés puede beneficiar directamente los niveles de glucosa, según varios estudios. Entre las técnicas que suelen recomendarse:
- Mindfulness y meditación: se ha demostrado que disminuyen tanto la ansiedad como los niveles de glucosa en ayunas y HbA1c.
- Gestión de la ira: prácticas como respirar profundo, tomar agua, caminar o relajar los músculos ayudan a manejar emociones intensas.
- Pausas y distracciones sanas: reír, hacer ejercicio ligero, y buscar apoyo social son útiles para disminuir el estrés acumulado.

