Las inercias ganan en las campañas políticas que arrancaron. Se sigue creyendo que quien reúna más gente en los eventos, es quien tiene más posibilidades de obtener el triunfo, a pesar de que una y otra vez se ha demostrado que no es la cantidad de simpatizantes en la plaza pública y en las calles, quien obtiene más votos. El acarreo para llenar plazas con dádivas es bien conocido.

Las inercias ganan y los espectaculares en carreteras y calles se multiplican, luciendo sonrisas de pasta dental. Lemas gastados y discurso muestran el surgimiento súbito de una gran amor por la ciudad y la enorme voluntad que impulsa a los candidatos a sacrificarse por ella, por su gente, por su historia, por su seguridad o por su economía.

Estas maneras tradicionales de mítines presenciales posiblemente den algunos votos, pero muchos asistentes no podrán votar por haberse contagiado. Biden ganó a un contrincante poderoso, nada menos que al presidente de las EUA. Ganó sin ir a la plaza pública ni a la calle ni realizando espectaculares mítines llenos de vida, color y entusiasmo, a los que los americanos están acostumbrados. Congruente con su posición anti-Covid y su discurso. Es una lección de campaña. Restringió al máximo sus apariciones públicas y manejó su imagen y discurso por redes y medios. Así de simple, así de complejo.

En la mini-serie “Gámbito de Dama” de Scott Frank vimos la excelente actuación de Anya Taylor en el papel de Beth Harmon. Fuimos testigos de lo que el talento, la inteligencia y la voluntad es capaz de hacer. Puso en evidencia, con gran maestría, la férrea voluntad que se debe tener para obtener el triunfo. También pudimos darnos cuenta del rigor enorme con que se prepara un profesional del ajedrez.

Muestra lo que se logra al formar un equipo. Estudiar una y otra vez al adversario.

Conocer sus estrategias, modos, carácter, pulsiones, estilos de vida, etc.

Se analiza cada posibilidad a partir del entender el estilo y estrategias del contrincante. Con serenidad, paciencia y sentido de equipo….

Repasando una y otra vez, jugada por jugada, la manera de actuar de sus contrincantes.

Conocer el tablero, el campo de batalla, es elemental. Entender cómo juegan los de enfrente, básico.

Aplicando el símil a una contienda política: ¿Quiénes son los posibles votantes? ¿Dónde están? ¿Qué piensan y qué les motiva? ¿Qué les interesa, les preocupa, les apasiona? ¿Cómo han votado anteriormente y por qué? ¿Cómo les ha ido en la pandemia? ¿Qué necesitan?

También es indispensable conocer al adversario mejor posicionado, el que tiene más posibilidades de ganar. Advertir cuáles serán sus posibles movimientos , debilidades y fortalezas. Quiénes son sus apoyos, su equipo de campaña (Si es que tiene, pues parece que algunos candidatos a gobernar Cuernavaca. el equipo es de una sola persona: candidato/coordinador de campaña/publicista/financiero/movilizador). Fortalezas y debilidades.

Conocer el tablero. Cómo se mueve cada pieza y sus alcances. AMLO tiene una reina y tres alfiles y los maneja con maestría. Conoce perfectamente el campo de batalla , pues lo ha recorrido ‘n’ veces. Conoce a la perfección quiénes son sus adversarios, lo que le permite imaginar cómo reaccionarán ante cada movimiento suyo. (Bastante predecibles, por cierto) .

Integralia muestra escenarios a nivel país. Se pueden tener de referencia para efectos de análisis y de prospectiva de Morelos, ante la falta de estudios de opinión serios en el estado. En el caso de la Cámara de Diputados, Integralia estima que “Morena y sus aliados perderán la mayoría calificada (2⁄3), pero lograrán la mayoría absoluta (50%+1). Como resultado, el presidente perderá la capacidad para enmendar la Constitución.” Dato que se debe tener muy en cuenta, pues como dice Roy Campos, la diferencia entre la aprobación del Presidente y de Morena en abril es del 20% (60 vs 40%). Sin embargo El País, llega a diferentes conclusiones y advierte que Morena tiene más probabilidades de obtener el control de la cámara.

En el Ajedrez gana quien tiene la capacidad para anticipar las jugadas del oponente y luego la capacidad para pensar hasta 20 movimientos anticipados, y pierde quien por pereza no piensa más.

En las elecciones, como en el ajedrez, puede haber sorpresas. Sin embargo las tendencias se van marcando. Como en Perú, en Cuernavaca hay demasiados candidatos que dificultan los pronósticos. Quien maneje mejor su estrategia tendrá más probabilidades. Quienes se arropen en las tácticas del pasado sin entender las del presente, tendrán pocas oportunidades. Seguirán mostrando en su imagen solo su enorme sonrisa tipo Colgate y expresando cuánto aman a Cuernavaca y lo mucho que están dispuestos a sacrificarse. ¿Las verdaderas propuestas y el cómo alcanzarlas, dónde están?

Por  Ariel Homero López Rivera / opinion@diariodemorelos.com

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