Una decisión motivada por tensiones con la familia real británica y obstáculos legales en torno a los pasaportes de sus hijos.

 

En un giro inesperado que vuelve a poner en evidencia las tensiones entre el príncipe Harry y la familia real británica, recientemente se dio a conocer que el duque de Sussex habría considerado seriamente cambiar su apellido oficial al de su madre, la fallecida princesa Diana de Gales.

Según reportes del medio estadounidense Us Weekly, Harry, de 40 años, habría sostenido una conversación privada con su tío materno, Charles Spencer, con quien compartió su inquietud por adoptar el apellido Spencer, el apellido de nacimiento de su madre. Esta decisión simbolizaría un distanciamiento aún más marcado con la Casa de Windsor, especialmente con su padre, el rey Carlos III.

La noticia cobra relevancia en medio de una serie de dificultades administrativas que el príncipe y su esposa, Meghan Markle, han enfrentado en relación con la documentación oficial de sus hijos, Archie y Lilibet. De acuerdo con The Guardian, los duques de Sussex habrían experimentado retrasos significativos en la tramitación de los pasaportes británicos de sus hijos. Una fuente cercana reveló al diario británico que el conflicto se habría originado por la inclusión en las solicitudes de los títulos de "Su Alteza Real" (HRH, por sus siglas en inglés) y el apellido Sussex.

El rey Carlos, según indica la fuente, habría expresado su desacuerdo con que sus nietos ostentaran el título de HRH, postura que habría complicado el proceso legal. “El rey no quería que Archie y Lili llevaran los títulos, sobre todo el de HRH, y los pasaportes británicos, una vez creados, serían la primera y quizás la única prueba legal de sus nombres”, afirma la publicación.

Ante estas trabas burocráticas y en un aparente momento de frustración, el príncipe Harry habría viajado a reunirse personalmente con su tío Charles Spencer. Durante ese encuentro, el duque de Sussex planteó la posibilidad de utilizar el apellido Spencer como una alternativa legítima si los obstáculos legales impedían usar el título de HRH y el apellido Sussex.

Este acercamiento no solo representa un acto simbólico de homenaje a su madre, sino también una señal del creciente distanciamiento del príncipe con la monarquía británica, con la cual mantiene una relación cada vez más tensa desde que él y Meghan decidieron retirarse de sus deberes reales en 2020 y establecerse en Estados Unidos.

Hasta el momento, ni el Palacio de Buckingham ni los representantes oficiales del príncipe Harry han emitido declaraciones formales sobre esta posible modificación de apellido. Sin embargo, el solo planteamiento de este cambio refleja el profundo impacto que las disputas internas y las decisiones institucionales han tenido en la vida del príncipe y su familia.

En caso de concretarse, Harry sería el primer miembro de la realeza británica en renunciar voluntariamente a su apellido asociado con la monarquía para adoptar el de una línea materna. Este gesto podría ser interpretado como una reafirmación de identidad personal y familiar, alejada del protocolo y de las estructuras tradicionales de la corona.

La historia de Diana de Gales, recordada como “la princesa del pueblo”, continúa marcando la vida y decisiones de su hijo menor, cuya lucha por mantener su independencia y proteger a su familia se mantiene en el centro del debate público británico e internacional.

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