Este miércoles, el legendario pianista, compositor y director orquestal Eddie Palmieri falleció a los 88 años en su residencia en Nueva Jersey, tras una prolongada enfermedad, informó su familia. Reconocido como una figura central en la evolución del jazz latino y la salsa, Palmieri dejó un legado imborrable en la música.
Nacido en diciembre de 1936 en Spanish Harlem, Nueva York, en el seno de una familia puertorriqueña, Eddie comenzó a tocar piano a los ocho años y se presentó en la sala Carnegie Hall apenas tres años después. A los catorce fundó su primera agrupación y, en 1961, creó la legendaria banda La Perfecta, que transformó la orquesta latina al sustituir trompetas por trombones y apostar por una fusión poderosa de sonidos a
Su música cruzó fronteras y estilos. Álbumes emblemáticos como The Sun of Latin Music (1974) y Justicia (1969) mezclaron salsa, funk, soul y elementos psicodélicos para crear un sonido propio, más allá de lo que tradicionalmente se etiquetaba como salsa. Palmieri consideraba su música parte de un continuo "afro‑cubano", en lugar de ceñirse a un estilo determinado.
Palmieri fue también el primer artista latino en ganar un Latin Grammy, con su producción The Sun of Latin Music, logrando luego siete galardones adicionales. A lo largo de su carrera grabó más de 40 álbumes, colaboró con figuras como Tito Puente y La India, y recibió importantes reconocimientos como el Latin Grammy a la Excelencia Musical y la distinción de NEA Jazz Master.
El impacto de su partida fue inmediato entre colegas y admiradores. Artistas como Bobby Cruz, La India y Víctor Manuelle expresaron su dolor públicamente, resaltando cómo Palmieri abrió puertas y marcó profundas influencias en la salsa contemporánea. La India, en particular, señaló que fue Palmieri quien la introdujo al género y vio en ella un potencial que ella misma aún no reconocía.
Con la muerte de Eddie Palmieri se apaga una de las voces más audaces y revolucionarias de la música latina del siglo XX. Desde su rol pionero en La Perfecta hasta su innovadora fusión de ritmos, pasó a la historia como un verdadero cerebro pensador del Latin Jazz. Como él mismo dijo, “la música no se muere”, y su legado seguirá sonando con fuerza en cada trombón, montuno y compás afrocubano que siga vibrando.
