Los cuernavacenses adoptaron como emblema de Cuernavaca, la toponimia de Cuauhnáhuac, el árbol estilizado tomado del códice Mendocino. Detalle del Códice Mendoza.
El próximo miércoles 16 de noviembre se conmemora el 153 aniversario de la designación de Cuernavaca como capital del Estado de Morelos: El día 15 de agosto de 1869, al tomar posesión como primer gobernador constitucional del Estado de Morelos, a Francisco Leyva Arciniegas se le presentó el primer asunto a tratar y resolver: la elección de la capital del estado, recientemente fundado el pasado 17 de abril, y la elección se decidiría entre las dos ciudades candidatas, que en ese momento eran las más importantes de la entidad morelense: Cuautla y Cuernavaca. Sin embargo, la designación de la capital no estaba en manos de Leyva, sino del poder legislativo o Congreso del Estado, a quien finalmente le correspondía ser el máximo elector. No obstante, Leyva siempre demostró su preferencia por Cuernavaca a pesar de que como gobernador su posición debió ser neutral. Y cabe destacar que cuando Leyva inició su periodo como gobernador, Yautepec era la capital provisional de Morelos, designada por el gobernador provisional Pedro Baranda el 16 de junio de 1869. Las preferencias ciudadanas se polarizaron en Morelos para decidir cuál sería la capital. Los habitantes del oriente del estado deseaban que Cuautla fuera la capital, mientras los habitantes del occidente deseaban que Cuernavaca fuera la capital, principalmente los cuernavacenses y los tepoztecos, que habían sido la base de las milicias del general Leyva.
Domingo Díez en su libro “Bibliografía del Estado de Morelos” refiere: “Para Leyva, Cuernavaca era la ubicación lógica de la nueva capital. Colocada sobre el antiguo Camino Real que unía a la ciudad de México con el puerto de Acapulco, Cuernavaca había sido el centro comercial y cultural de la región desde la conquista de los españoles. Fue en Cuernavaca donde Hernán Cortés erigió su palacio, donde Borda hizo sus jardines y donde el emperador Maximiliano estableció su retiro de vacaciones. Hacia el oriente de Cuernavaca se encontraba la hacienda de Atlacomulco con sus plantíos de caña de azúcar de los herederos de Cortés. Al sur, en Temixco, la antigua hacienda de Gabriel Yermo, destacado personaje en la guerra de independencia. Como puesto de avanzada al sur de la ciudad de México, Cuernavaca era un reflejo de la sociedad y de la política de la capital de la nación, y fue en Cuernavaca donde Leyva obtuvo su más fuerte apoyo electoral.”
Dewitt Kennieth Pittman en su libro “Hacendados, campesinos y políticos” refiere: “Pero si bien Morelos era bastante homogéneo geográficamente, no dejaba de tener sus divisiones. Al otro lado de la cordillera hacia el oriente de Cuernavaca, se encontraba la planicie de Amilpas, región con su propia historia. Aunque tan rica en azúcar, si no es que más que el Valle de Cuernavaca, su desarrollo había llegado tarde y no estaba tan fuertemente sometido a la influencia de la ciudad de México. Su población estaba principalmente constituida por indígenas y mestizos, y su estilo dominante se ajustaba menos a la tradición de la capital de la nación. Su más importante ciudad, Cuautla, domina las planicies que se dirigen al oriente hacia Puebla y sus ricos campos azucareros se extienden hacia el sur hasta el río Amacuzac… Al momento en que Leyva asumió la gubernatura, fuerzas rebeldes al mando de Miguel Negrete estaban operando en las montañas de los alrededores de Hueyapan y Ocuituco en el norte, y al sur a través de Ayala y Jonacatepec… El control constitucionalista en esa zona era débil… Para Leyva era impensable establecer la capital en la rústica Cuautla, cuando estaban disponibles las comodidades de Cuernavaca, particularmente si eran dudosas las filiaciones políticas de aquella región.”
Carlos Barreto Zamudio en su libro “Rebeldes y bandoleros en el Morelos del siglo XIX” refiere: “Al tomar Leyva la gubernatura, un nuevo problema se incubó con el establecimiento de la capital que se disputaban Cuernavaca y Cuautla, trance que tenía a la legislatura trabajando en Yautepec… Leyva y la legislatura se inclinaban por establecer la capital en Cuernavaca, pero la diputación cuautlense representada por Ignacio de la Peña y Juan de la Portilla, pugnaban por el traslado de los poderes hacia su ciudad argumentando su tradición militante, lo que significaría una mejora sustancial en las condiciones generales de decaimiento que venía arrastrando esa población. La insistencia de la parte cuautlense desquiciaba a Leyva, pero de alguna manera trataba de mantenerse conciliador a pesar de lo empeñados que estaban los cuautlecos en que la mencionada cuestión se decidiera pronto y en su favor, tanto que llegaron a proferir amenazas de revolución… Leyva atribuyó la problemática del estado a las ambiciones de las minorías que están trabajando para alborotar los ánimos y enardecer las pasiones del populacho con el objeto de obtener, por la amenaza y la hostilidad, lo que por la razón y el derecho no pueden obtener… Determinar la capital de Morelos, vuélvese un problema político… Para noviembre Leyva compareció ante el congreso local, donde informó acerca de diferentes problemáticas como la del establecimiento de la capital del estado.”
La legislatura del estado, compuesta por 7 diputados, votó la elección de la nueva capital, sufragando 5 votos a favor de Cuernavaca, por 2 a favor de Cuautla. Con este resultado el congreso emitió el decreto que declaraba oficialmente a Cuernavaca capital de estado el 16 de noviembre de 1869.
A partir de esta fecha los cuernavacenses adoptaron como emblema de Cuernavaca, la toponimia de Cuauhnáhuac, el árbol estilizado tomado del códice Mendocino. Y sobre el origen y significado de esta toponimia tratará la conferencia que dictaré el próximo miércoles 16, a las 17 horas en el MUCiC, y como complemento se develarán las dos esculturas de Cuauhnáhuac, que quedarán en exhibición permanente en el Museo de la Ciudad. Todos los lectores están cordialmente invitados.
Por: Juan José Landa Ávila / opinion@diariodemorelos.com
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