Auto­ri­da­des esta­ta­les y fede­ra­les acti­va­ron un pro­to­colo de emer­gen­cia tras el colapso de la presa Tla­ye­cac en el muni­ci­pio de Ayala, infraes­truc­tura que cedió ante la acu­mu­la­ción extraor­di­na­ria de agua plu­vial.

El derrumbe de la cor­tina o soporte de mam­pos­te­ría de esta zona de con­ten­ción que pro­vocó el des­fo­gue des­con­tro­lado del líquido alma­ce­nado, fue repor­tado por pro­duc­to­res agrí­co­las de la zona.

Una bri­gada inte­rins­ti­tu­cio­nal, lide­rada por Javier Bola­ños Agui­lar, titu­lar de la Comi­sión Esta­tal del Agua (Cea­gua), en cola­bo­ra­ción con la Comi­sión Nacio­nal del Agua (Cona­gua) y la Coor­di­na­ción Esta­tal de Pro­tec­ción Civil More­los (CEPCM), acu­dió a la zona para eva­luar los daños con equipo tec­no­ló­gico.

Entre las posi­bles cau­sas del inci­dente, las auto­ri­da­des seña­la­ron la anti­güe­dad de la infraes­truc­tura y la ine­xis­ten­cia de una zona de des­fo­gue ade­cuada que pudiera mane­jar la velo­ci­dad de los gran­des cau­da­les gene­ra­dos por las inten­sas llu­vias.

La CEPCM se man­ten­drá en coor­di­na­ción per­ma­nente con auto­ri­da­des fede­ra­les y muni­ci­pa­les para sal­va­guar­dar a la pobla­ción y garan­ti­zar que no exis­tan ries­gos adi­cio­na­les en las comu­ni­da­des cer­ca­nas a la presa. Ade­más, se imple­men­tará un moni­to­reo cons­tante en la zona para aten­der cual­quier situa­ción deri­vada del colapso.

Es impor­tante des­ta­car que, a pesar de la gran can­ti­dad de agua libe­rada, no se repor­ta­ron vivien­das ni per­so­nas afec­ta­das.

Las accio­nes urgen­tes se cen­tran ahora en la reha­bi­li­ta­ción de la infraes­truc­tura afec­tada, lo cual incluye la presa, así como dos cami­nos de saca y un puente que resul­ta­ron daña­dos y son vita­les para el acceso de maqui­na­ria empleada en las cose­chas.

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