En el Día Internacional del Libro, diferentes comerciantes del Callejón del Libro, ubicado en la calle Comonfort, del centro de Cuernavaca, nos compartieron parte de las historias que fundaron este lugar, en donde la crónica, la poesía, la historia, los cuentos, la ficción y el drama son unos de los géneros literarios que podemos encontrar a lo largo de este recorrido.
Todo comenzó un 19 de noviembre del 2009 con siete puestos, actualmente son más de 24 y no sólo encontramos libros, también hay venta de discos de vinil, libretas, juegos de mesa de estrategia y habilidad mental y algunas piezas de arte.
Héctor Cervantes Torres, uno de los fundadores, nos confirmó la fecha de inicio de este proyecto y nos dijo que todo surgió a partir de la propuesta de Juan Francisco García Reynoso, con la necesidad de impulsar un proyecto que promoviera la lectura en el Centro Histórico de Cuernavaca y que fuera de fácil acceso para todos los lectores.
“Yo estaba organizando ferias de libros en aquel tiempo y Juan Francisco me pidió que organizáramos aquí la feria, después nos invitó a hacer una actividad que durara cierto tiempo, en ese entonces acababan de remodelar esta calle, y empezamos viniendo solo los sábados y después los domingos. Lo que queríamos era estar más tiempo para que disfrutaran los libros”, recordó Cervantes.
Otro de los iniciadores es Florentino Aguilar, quien nos dijo que la presencia de todos los que conforman este callejón literario “es la promoción cultural de la lectura que mucha falta le hace a Cuernavaca”.
También, mencionó que al inicio no fue nada fácil sostenerse, pues en el 2009 dicha ciudad fue catalogada como una de las ciudades más violentas del mundo y el trabajo de promoción que hacían era una respuesta a la recuperación del tejido social.
“En el tiempo que comenzamos, en esos primeros meses las calles estaban desiertas porque había una gran ola de violencia y la gente no salía a las calles, (…) hasta que empezaron a pasar por acá y vieron todo el trabajo que hacíamos, hasta se quedaban sorprendidos de que hubiera libros en las calles”.
Lo que ha caracterizado a este rincón de Cuernavaca es que la mayoría de los libros son usados, y de acuerdo con el testimonio de José Ramón Corona, fundador de la conocida librería ‘La Rana Sabia’, esto hace que varios ejemplares sean únicos o solo encuentren ahí, ya que se reciben títulos o colecciones completas de lectores que ya no pueden albergar todo ese acervo literario y deciden donarlo o venderlo con ellos para que sus libros tengan un segundo uso en las manos de nuevos lectores.
Acorde con los testimonios de los tres, las situaciones a las que hoy se enfrentan es la era digital, ya que aseguran que las nuevas generaciones han perdido el hábito de la lectura y los que la retoman prefieren el formato en PDF, sin embargo, dijeron que el reto es ese: “atrapar a las nuevas generaciones con los libros físicos”.
Ramón Corona, concluyó la entrevista diciendo que “la lectura sigue siendo un factor importantísimo para la cultura de los pueblos. Se dice que una persona que no lee vive solo una vida y la persona que lee mil libros vive mil vidas”.
