En 2007, una niña de apenas seis años sufrió abusos sexuales en más de 50 ocasiones, según su denuncia. Hoy, a los 23 años, rompió el silencio y presentó cargos contra José “N”, el hombre señalado como su agresor. Sin embargo, la jueza Araceli Gutiérrez Contreras, del distrito judicial de Tlalnepantla de Baz, Estado de México, dictaminó que los delitos habían prescrito, dejando al acusado en libertad.

El fallo, basado en una interpretación legal controvertida, ha generado indignación y pone en el centro del debate la aplicación de la justicia para víctimas de delitos sexuales en México.

La denuncia contra su agresor: 15 años de silencio

AC, como se identifica a la víctima, relató que los abusos ocurrieron cuando José “N” trabajaba como chofer de su familia. El agresor aprovechaba los trayectos para llevarla a sus actividades extracurriculares y cometía los delitos en el interior del vehículo. Según AC, uno de los episodios quedó grabado en su memoria porque ocurrió el día del cumpleaños de su padre.

Durante años, el miedo y la vergüenza la silenciaron. Sin embargo, en 2023, con el apoyo de familiares y amigos, decidió presentar la denuncia formal, enfrentándose no solo a su agresor, sino también a un sistema judicial que, según ella, no la protegió.

Por qué el caso quedó impune, según la jueza

El 12 de noviembre de 2023, después de una audiencia que duró menos de dos horas, la jueza Araceli Gutiérrez Contreras declaró que los delitos habían prescrito. Su decisión se basó en las leyes vigentes en 2007, cuando ocurrieron los hechos, y no en las reformas que desde 2016 hacen imprescriptibles los delitos sexuales contra menores en el Estado de México.

“La jueza ignoró la abundante jurisprudencia y el Código Penal vigente, que protegen a víctimas de este tipo de crímenes”, declaró AC tras la audiencia. Además, enfatizó que esta decisión deja a su agresor libre para continuar su vida sin rendir cuentas por lo ocurrido.

 

Qué dice el Código Penal del Estado de México sobre delitos sexuales

El artículo 94 del Código Penal del Estado de México establece que los delitos sexuales contra menores son imprescriptibles. Es decir, pueden ser perseguidos y sancionados en cualquier momento, independientemente del tiempo transcurrido desde su comisión.

Asimismo, los artículos 107 Bis y 205 Bis del Código Penal Federal señalan que la prescripción de estos delitos comienza a correr cuando la víctima cumple 30 años. AC, con 23 años, está lejos de ese límite legal.

La decisión de la jueza de declarar prescritos los delitos contradice estas disposiciones y abre la puerta a una posible apelación.

 

El impacto emocional y la lucha por justicia

AC describe su vida como una constante lucha contra el dolor emocional. "Tuve que cargar con este secreto durante toda mi niñez, adolescencia y adultez. Pensé que al hablar me iban a escuchar, pero la justicia me falló", compartió en una entrevista.

Decidió denunciar para dejar de vivir con miedo y para buscar justicia, no solo para ella, sino también para otras víctimas que han pasado por situaciones similares. Sin embargo, la decisión judicial representó un nuevo golpe.

 

¿Qué sigue para AC?

Aunque el fallo de la jueza dejó el caso sin consecuencias para José “N”, los abogados de AC están evaluando los recursos legales disponibles, como una apelación o la búsqueda de una revisión del caso por parte de instancias superiores.

“Es difícil, pero no me voy a rendir. No quiero que otras niñas vivan lo que yo pasé y que sus casos queden impunes”, declaró AC.

 

Un caso que exige acción y reflexión

La historia de AC no solo evidencia las deficiencias en la aplicación de la ley, sino también la urgencia de garantizar que las víctimas de delitos sexuales reciban justicia. Este caso plantea preguntas importantes sobre la protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes en México.

 

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