Postal: ¡Qué joyas para la historia..! En distintos tiempos del Gobierno de la República, las acciones, ademanes o expresiones de nuestros “grandes personajes” al frente de las instituciones nacionales, se han significado no sólo por su contenido sino por la elocuencia de los autores que le dieron trascendencia a lo que antes parecía no permisible, ni usual y por lo tanto semi oculto... Recordamos entre esas grandilocuencias, lo que al término de su sexenio manifestara el veleidoso presidente José López Portillo (1982-1988),cuando desde la Cámara de Diputados en su último Informe, dejó una oración que le fue revertida, ya que lo lapidó dondequiera que hacia presencia pública... Con ojos llorosos, dijo el llamado Jolopo por la contracción de su nombre y apellidos luego de la debacle económica nacional y la devaluación del peso: “Defenderé mi peso como un perro” y ¡pacatelas!, doquiera que se paraba aún siendo Presidente y después de ello, la venganza popular se enconaba en esos espacios, pues le ladraban en señal de repudio... Poco volvió a aparecer López Portillo en Público... Por aquellos tiempos, transitó un Hombre que ocupó diversos puestos en la Administración Pública y llegó a ser diputado con gran dominio como coordinador de la fracción priista en el Congreso de la Unión... Su nombre Humberto Roque Villanueva, quien sentando en su curul encogió los brazos con los puños cerrados hacia arriba, y moviéndolos de adelante hacia atrás dio a saber a todos los diputados, dirigentes de partidos, seguidores y contrarios del País frente a su partido el PRI, lo que se interpretó simplemente como: “ya nos los cogimos o nos los chingamos”… Pasado el tiempo y llegados al de los “morenos” modernos, lépera y lapidaria fue la expresión del presidente de la Cámara de Diputados Porfirio Muñoz Ledo, quien luego de manipular y hacer todo lo necesario que tenía como encargo para cumplir el trabajo sucio y dejar en la presidencia cameral a los panistas “a modo” que ahora la dirigen, dio por terminada la Sesión, tocó la campanilla y dirigiéndose a su congénere legisladora Dolores Padierna, creyó que los micrófonos estaban cerrados y simplemente le dijo: ¡“chinguen a su madre”!, lo cual fue escuchado por todos los disputados de todas las fracciones y desde luego, por millones que lo escuchamos, vimos o supimos a través de las transmisiones a través de los medios electrónicos y las redes sociales... Por si esto fuera poco, recientemente en una gira por Tamaulipas, ante la multitud que lo escuchaba y los medios de comunicación que lo grababan, el presidente Andrés Manuel López Obrador inconforme y molesto por lo que pasa en aquellas latitudes por cuánto a la inseguridad, el Crimen Organizado y tanto asesinato, sin más sentenció: ¡”Al carajo con la delincuencia”..! Lo anterior nos hizo recordar cuando él mismo en sus tiempos de luchas y campañas como opositor a los del gobierno en turno, en los tiempos panistas que encabezaba Vicente Fox como presidente, con todo valor y coraje lanzó su histórica frase: ¡”Al diablo con las instituciones”..! Y ya encarrerados con todo esto, el “levantisco revolucionario” michoacano hoy subdelegado médico del ISSSTE José Manuel Mireles, no tan trascendente como “luchador social” pero sí por todos los hechos violentos causados por las tierras purépechas, en ciertas ocasiones hizo pronunciamientos de los cuales tuvo que recular; el último de ellos frente a las mujeres, los “machines”, la comunidad y los medios de comunicación, luego de expresar por algunas cuestiones sus críticas, aseveró que su único deseo era: “una nalguita nueva”… El Mundo y todo lo demás se le vinieron encima, lo cual le incrementó el desprestigio que ya cargaba, a grado tal que hasta el docto Andrés Manuel López Obrador, le envió clases de moral para enseñarle como debía disculparse ante las mujeres y Mireles reculó… Ni modo, son los tiempos que vivimos... Como se puede apreciar tras estas “perlas” que son garbanzos de a libra por las generosas expresiones o ademanes de nuestros “ilustres políticos a la mexicana”, luego de lo recordado, hecho o dicho por algunos de ellos, en este País se vale de todo y como a final de cuentas no pasa nada, nosotros también le entramos y a muchos de los que se sienten todopoderosos podemos decirles: ¡ya cállense cabr..!, váyanse al carajo, chin, chun, chan, tan tan y bienvenidas todas las que vengan de reversa, pues insistimos…¡Aquí no pasa nada! ¡Hasta mañana que será un día más..!

Por: Pablo Rubén Villalobos / opinion@diariodemorelos.com

 

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